Dedicado a nataliaorozco30
Los fines de semana eran los días asignados para buscar que libros interesantes puedo encontrar en internet o para simplemente terminar el que ya tenía, sin embargo no fue eso precisamente lo que hice este fin de semana que pasó; como rara vez me la pasé pensando en Isaac, en su propuesta y en lo que debería hacer.
Reconocía que estaba bien buscar información por otro lado, ya que nadie más la quería dar, sin embargo, pensaba que si ni mi mama ni mi tío me daban respuestas, era por algo, algo que no podía ser bueno, para ocultarlo tanto. Era como si cada una de estas ideas estuvieran en cada uno de los hemisferios de mi cerebro; pues ninguna desaparecía para darle lugar a la otra.
Lunes de mañana y estaba frente al espejo tratando de arreglar siquiera un poco mi descuidado cabello e intentando disimular las ojeras que me hacían parecer un oso panda. Al lograr no con mucho éxito mi objetivo de esa mañana, solté el cepillo y bajé para irme a la escuela; pasé por la cocina a despedirme de mi madre, de lo que luego me arrepentí, pues me hizo tomarme toda la avena que ya me había servido.
Cuando entré al salón a primera hora, el único que estaba dentro era mi querido y gran amigo Jake, con su cara entre sus manos y sus codos apoyados en la mesa que ambos compartíamos, cosa que solo podía significar algo: Resaca; caminé hasta él en silencio y lo sorprendí al colocar mis manos sobre sus hombros y gritar su nombre, Jake dio un brinco en su asiento.
—Oh por Dios, casi me matas— dijo con una mano en la sien— Un lunes como hoy sabes que no debes hacerlo.
Yo me reía de su cara, parecía un vampiro cubriéndose de la luz del sol, pero el solo quería cubrirse del ruido de afuera.
-¿No piensas descansar siquiera un fin de semana de fiestas? Existen más cosas por hacer, ¿lo sabias?— le dije mientras dejaba caer mi mochila sobre la mesa, provocando que esta sonara para reírme un poco más de los gestos de mi amigo.
El me miró como si tratara de castigarme con su mirada, lo que hizo ensanchar mi sonrisa.
—Solo espero estar presente cuando tengas tu primera resaca; me vengaré de todo esto. — dijo él con sus ojos fuertemente cerrados
—Pues entonces como dice mi mamá: "amanecerá y veremos"— respondí sin poder evitar reírme.
Tomé asiento junto al chico con resaca, crucé mis brazos sobre la mesa y respiré hondo; Jake voltio a verme.
-¿Y eso? ¿Un nuevo libro?—preguntó él.
—Si— respondí; por supuesto que no le diría a nadie lo que me propuso Isaac y mucho menos al chico menos serio que he conocido.
—Ya deja de preocuparte por eso, todo eso es pura mentira.
—Lo sé, pero la protagonista está en un lío que hasta me ha puesto a pensar en lo que debería hacer— dije fingiendo que estaba hablando de un nuevo libro.
-¿Cuál es el lío?—preguntó el pelinegro haciendo con sus manos un ademan de comillas.
—Mira— comencé mientras me acomodaba en mi asiento para quedar frente a él. — el cuento es este: Ella no conoce a su familia, solo a sus padres, su hermana mayor y un tío, toda su vida ha preguntado por sus demás familiares pero nadie le dice nada. Un día encuentra a un chico, el cual va conociendo y este le cuenta su historia, entonces descubren que ambos coinciden en lo mismo, ninguno conoce su precedencia, no conocen nada de nada— Jake solo escuchaba y yo trataba de que no se me escapara el nombre de Isaac o algo que le mostrara que era yo quien vivía lo que le contaba— tiempo después el chico le propone escaparse para por fin conocer el paradero de sus familias.— Me quedé callada y veía la puerta de entrada del salón. No sabía qué hacer.
— ¿Y? ¿Qué pasa? ¿Por qué no va con él? Según lo que me cuentas es eso lo que ella ha querido siempre, conocer de dónde viene.
—Sí, eso mismo pienso yo, pero es que ella piensa que al descubrir esto se va a decepcionar; es como curarse en salud.
—Aunque sé que todo eso es pura y completa mentira, te voy a decir lo que pienso acerca de esta situación.
»Cuando uno se arriesga puede que pierda o pueda que gane. El fallar se olvida y hasta se supera, pero cuando se logra una victoria, esa siempre queda; talvez no encuentre lo que imagina, pero pueda que encuentre una respuesta de lo que quiere encontrar.— alzó los hombros, sin darse cuenta que lo que acababa de decir era mi respuesta, era la respuesta que andaba buscando.
— ¡Oh por Dios! Casi hasta me haces llorar — le dije— ya sabía yo que tanta fiesta no podía atrofiar todas tus neuronas.
—Ja Ja— dijo él sin gracia alguna— lo que me haces hacer tú, a pesar de la resaca tan horrible.
—Gracias entonces. —Le dije y le di un abrazo.
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Todo Un Cubo De Rubik.
RomanceAsi andamos todos, con ganas de salir y arriesgarlo todo, pero sin la valentia de hacerlo. La vida se trata de eso, de arriesgarse, de darlo todo, de caer y volver a empezar, de equivocarse y volver a equivocarse, porque la vida no es simple para de...