🔺 Dizzy ㅣSano Manjiroㅣ🔺

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-Dizzy, MISSIO-

—¿Cómo está él?.-preguntó Draken mientras Angry nos entregaba las órdenes de ramen, suspiré y lo miré levemente.—Pues...casi siempre está tranquilo.-dije forzando una sonrisa, los oscuros ojos de Draken no me dejaban tranquila, obviamente eso no le convencía, pero aun así, asintió comenzando a comer.

Draken y yo habíamos crecido básicamente juntos, su madre era un prostituta que lo abandonó en el burdel y yo era la hija del encargado de ese lugar, nos crió juntos al igual que todas las chicas ahí, no conocía persona más amable y respetuosa que Draken.—Mikey...¿Te trata bien?.-preguntó una vez estuvimos fuera, lo miré confundida.—¿Por qué no lo haría?.-pregunté.

El no me miró, pero había algo extraño en su actitud.—Es solo que...te he visto en ocasiones con algunos golpes.-dijo el pelinegro suavemente, me sonrojé y cubrí la marca de mis muñecas, probablemente había visto esas también.—No es precisamente esa clase de golpes...-dije nerviosa, el comprendió y se sonrojó violentamente. Caminamos en silencio otro tanto, le había pedido acompañarme a comprar juguetes para el gatito que Mikey y yo habíamos rescatado días atrás.

Y ese lugar era claramente la tienda de Chifuyu y Kazutora, quiénes nos sonrieron y me abrazaron fuertemente.—¿Cuándo volviste de viaje?.-preguntó Chifuyu emocionado, le sonreí nerviosa.—Apenas ayer.-mentí.

Los chicos pensaban que yo viajaba mucho por el trabajo y por eso nos veíamos en raras ocasiones, cuándo realmente los únicos viajes que hacía era cuándo Mikey no deseaba estar en Japón y nos íbamos el y yo. Realmente no me molestaba, después de todo, yo amaba a Mikey desde que éramos adolescentes. El tuvo muchas situaciones duras y complicadas en su vida.

Me convertí en muchas ocasiones su soporte emocional, yo no podía estar mal, porque el dependía de que tan bien estuviera yo. Después de que diez años atrás el y los chicos de ToMan tomaron distintos caminos, yo elegí seguirlo a él, Draken había aceptado mi decisión aunque sabía que le dolía, el y yo éramos como hermanos, pero también el sabía lo que era perder a quién amabas y no quería eso para su mejor amigo.

Vivíamos en un pequeño departamento cerca de Shinjuku, el no salía a menudo y si lo hacía, siempre iban ellos con nosotros, no me incomodaban, solo uno en específico, Sanzu. Desde que él durante su adolescencia empezó a seguir e idolatrar a Mikey, se convirtió en una persona más en mí relación, como si fuera parte de ella.

Se quejaba constantemente de que Mikey no me hubiera hecho tatuarme como todos ellos, pero yo básicamente no pertenecía a Bonten, solo era la novia del líder de la banda más peligrosa en todo Japón, nada del otro mundo.

—¿Volverás a viajar pronto?.-preguntó Chifuyu mientras empacaba mis compras, suspiré y me quedé pensativa.—Por ahora, estaré un tiempo en Japón, pero como siempre, el trabajo es asfixiante.-dije desviando la mirada a Kazutora que me veía fijamente. Draken se quedó unos minutos hablando con los chicos, poniéndose al día. Mi celular sonó.

5 minutos, lugar de siempre.

Era un mensaje de Sanzu, suspiré cansada, mi tiempo se había terminado.—Chicos, debo irme, surgió...algo.-dije sin esperar respuesta de ellos, salí corriendo de la tienda para ser detenida por Draken, quién me alcanzó rápidamente.—No desaparezcas de nuevo sin despedirte.-dijo cálidamente, me detuve y asentí.—Es una promesa.-dije comenzando a correr de nuevo.

Llegué al arcade abandonado en una parte del barrio de Shibuya, por ahí no había nadie, a menos que quisieras perder una extremidad o tu vida, era territorio de Bonten, pero para mí no era problema.—Tarde.-dijo una voz enojada entre las sombras.

ISSUES (Tokyo Revengers One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora