🔺Sr. PrudenciaㅣHermanos Kawataㅣ🔺

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-Sr. Prudencia, Los Mesoneros.-

—Aquí tiene su orden, que lo disfrute.-dije entregando el plato de ramen al cliente en la barra, me sonrió amablemente. Era el último del día, miré a uno de mis jefes, quién limpiaba parte de los trastos sucios del día, había sido un día muy pesado, la gente no paraba, pues era fin de semana y siempre era así esos días.

Me concentré en limpiar las mesas, odiaba que los niños dejaran fideos pegados por todos lados, secos era tan difícil quitarlos de las mesas que me desesperaba, pues tenía que retirarlos uno por uno. Me concentré tanto que no ví cuando el último cliente se fue.

—Los fines de semana siempre son duros.-dijo una voz detrás mío, de la sorpresa mi cabeza golpeó la mesa y grité levemente.—¡L-Lo lamento!.-dijo suavemente el chico de facciones duras, salí de debajo de la mesa sobando el golpe le sonreí.—No fue tu culpa, Souya.-dije tranquilamente.

—Odio que los niños sean tan...así.-dije terminando las mesas y yendo a ver a Nahoya terminar los platos, nos miró con su semblante siempre sonriente. Desde adolescentes me causaba diversión los extremos opuestos que eran los gemelos Kawata.

Nahoya era el gemelo mayor, quién aunque siempre sonreía, era bastante temperamental. Souya por el contrario, aunque siempre tenía un semblante que parecía enojado o molesto, era bastante dulce y amable. Los conocí de casualidad cuándo eramos adolescentes y aunque me daban miedo al principio, descubrí que eran buenas personas...bueno, casi siempre.

—¿Terminaste?.-pregunté acercándome a Nahoya, el asintió.—¿Ustedes?.-preguntó mirando a su hermano, quién estaba haciendo corte de caja.—Ve a cambiarte.-dijo y asentí obediente, me gustaba trabajar en el restaurante de ramen de los gemelos, era bastante divertido y además quedaba cerca de casa, ¿Qué mejor empleo existía en el mundo?. Mientras guardaba mis cosas, la puerta de la bodega se abrió y pude ver al gemelo mayor entrar.

Me sonrió de nuevo y cerró la puerta.—¿Y Souya?.-pregunté curiosa, el levantó los hombros.—Sigue haciendo corte de caja.-dijo y se acercó a mí, fingí sorpresa y me giré para verlo, su clásica sonrisa en esta ocasión se sentía más real, no solo un ademan suyo, suspiré cuándo me tomó en brazos y hundió su rostro en mi cuello, aspirando mi aroma.

—Déjame hacerte mía...-susurró y me tensé. Mi intimidad hormigueó fuertemente ante su voz áspera y cargada de deseo, me removí pero sus brazos parecían agarres de hierro, comenzó a besar mi cuello levemente y pasó su lengua dejando un húmedo camino donde sopló levemente, el frío de su aliento me erizó y gemí involuntariamente.

Me tapé la boca, una de sus manos quitó las mías de mi boca.—Souya está tan concentrado que no se dará cuenta...-dijo y acto seguido comenzó a besarme, saboreé el tabaco en su saliva, la sensación de calidez que me rodeaba, al ver que dejaba de poner resistencia me giró y me puso contra la mesa de la habitación y tuve plena vista de la puerta. Entonces noté que estaba entre abierta y miré unos ojos azules clavados en nosotros, tuve un choque de emociones, el placer que sentía al ser tocada por Nahoya y la confusión de ser observada por Souya.

Todo en mi mente se mezclaba y me hacía recordar el incidente en la boda de Pah, ese día era secreto, entre él y yo.

*Flashback*

Miré mi vestido por enésima vez en el día, sentía que era incómodo, aunque era bonito.—Se te ve bien, tranquila.-susurró Smiley a mi lado, asentí dejando de alisar los bordes del vestido. Era de un color azul cielo, me llegaba hasta las rodillas y era suelto de la falda, bastante cómodo pero yo no los usaba constantemente, prefería mis jeans cómodos. Agradecí que llegara la hora de comer, puesto estaría sentada. Me senté entre ambos hermanos Kawata, pasé mi mirada alrededor, Nahoya hablaba animadamente con Peh a su lado, me dediqué a comer y platicar ocasionalmente con los chicos.

ISSUES (Tokyo Revengers One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora