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3 años después.

Suena la alarma de mi teléfono, y cuando voy a agárralo me caigo de la cama

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Suena la alarma de mi teléfono, y cuando voy a agárralo me caigo de la cama. Pues estoy demasiado dormido, despierto y veo como la habitación está iluminada por los rayos de el sol.

Suspiro.

Me duele muchísimo la cabeza, ayer las cervezas y cócteles no fueron normales.

Me levanto y me agarró fuertemente la cabeza, y el dolor se intensifica más.

Estoy vestido igual que ayer, pero todo está limpio, parece que no vomité.

En eso alguien entra por la puerta.

—Ey hermano, por fin despertaste.—dice entrando Germán.

—Si, bueno creo que lo estoy —digo riendo un poco.

Me veo en el espejo y mi cabello está todo despeinado, tengo algunas ojeras, y un sutil rojo en mis mejillas.

—Ayer bebimos mucho.—dice Germán.

—Lo sé —digo entrando al baño.

—¿Cuando te irás a Towel de nuevo? — pregunta.

—No lo sé, papá me espera allá pero apenas y llegué hace una semana, extrañaba mi casa y mi ciudad —digo lavandome la cara.

—Entiendo, mañana hay otra fiesta, pero es en un club.

— ¿A qué hora es?

—Empieza a las 8:00pm

—Ya he trabajado demasiado en Towel, creo que ya necesitaba un descanso — digo.

—Claro hermano

–Eso sí, mañana no volveré a ponerme ebrio –digo mirándolo.

–Está bien pues –dice encogiéndose en hombros. – Parece que habrán chicas lindas allí – dice con una sonrisa seductora.

Rodó los ojos.

–Sabes que en eso no pierdo tiempo – digo ya saliendo y ordenando la cama.

–¿No pierdes tiempo?... Lo que pasa es que tú aún sigues loco por esa chica Adriano – me recalca Germán.

–No voy a decir nada – digo agarrándome la cabeza de nuevo.

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