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Ella estaba atónita, pero me asintió.

Te aviso más tarde hermano, no sé si tenga cosas que hacer.
Vale Adriano.

—Diosmio amore, y lo acabamos de hablar — comento Anais.

—Total que si, no sé que decirle, la verdad quisiera reunirme con ellos pero más me gustaría que tú también estuvieras — dije.

—Pero también estará Josuel y...- interrumpí.

—¿Y si el no estuviera? ¿Quisieras compartir, otra vez con nosotros princesa?— pregunté.

—Es lo que más he querido Adriano— respondió.

—Yo me encargaré de que cambies los planes amor, sé que los muchachos les pondrá muy feliz verte... así poco a poco, podemos ir recuperando el tiempo —dije.

— Está bien amore —sonrió.

Pasamos lo que quedaba de la tarde juntos, hasta pudimos ver una película, pero ya se hacía tarde y Tita la había venido a recojer.

—Gracias por venir princesa, espero te la hayas pasado bien está tarde—dije.

—Gracias más bien por invitarme, fue muy linda la tarde amore— comento.

—Te amo —dijimos al unísono.

Nos abrazamos y luego, se subió a la camioneta. Aunque moría por besarla, sé que nos daremos tiempo.

Además, quiero preparar algo especial para ella.

Quiero que esto, sea oficial.

.....

Aceleró un poco más la velocidad en la moto, para llegar a la hora establecida que me dijo María, cuando estoy abajo, le marco.

Ya llegué Mari.
Vale, ya te abro.

Desde hace mucho no hablaba con ella, pero estos días le he estado escribiendo porque sé que ha María no la puedo engañar, ella tiene que saber lo que pasa, y más si la necesito para organizar ciertas sorpresas. Aproveché que Anais no estaría hoy en su casa, hablamos en la mañana y estaría haciendo unos pendientes con su tía por eso, se quedará a dormir en la casa de ella.

Y me puse de acuerdo para que María estuviera hoy aquí.

— ¡¡Adriano!! —saludo abriendo la puerta del edificio.

Termine de bajar de la moto y saludé.

—¡María! —dije con una sonrisa.

— Hace muchísimo no te veía, bueno, a muchos de los muchachos hace tiempo no los veo. ¿Cómo has estado? —pregunto.

—Me imagino que si, de verdad que de mi parte todo ha ido bien, fui una temporada bastante alargada para Towel a trabajar con mi papá en su hotel y cuando volví... Todo fue a un mejor. ¿Tu cómo has estado?.... Tú mamá me comentó que ya vives aparte— comenté.

—Que bueno Adriano, sí ya tengo mi casa y mi propia estabilidad económica— respondió.

Luego de hablar varias cosas en planta baja, subimos al apartamento.

—¿La señora Ana? ¿No está? —pregunte.

— No, mi mamá salió un momento... Supuse que sería mejor para que me comentarás lo que tanto quieres hablar conmigo— respondió. — Tomemos asiento.

Nos sentamos en la sala y comencé hablar.

— Maria... ¿Anais alguna vez te comento de mi?

—Hace años supe que de hablan y así, pero no tuve más detalles... Ella siempre te tuvo cariño, pero después de ese tiempo en que se hablaron... Sentí que algo cambio en ella.... Ya ella no sentía cariño... Creo que era algo más fuerte. — Me mira. — ¿Me equivoco?

—Para nada. No te equivocas María, desde ese tiempo yo también cambie... Con los meses más me importaba, más la extrañaba, más la quería ver, más quería hablar con ella...

Me quedé en silencio un momento. La mire de nuevo.

—Me enamore de ella, María. —admití.

Sus ojos me miraban a la espectativa, se quedaba en silencio y analizaba la situación.

— Parece que, la historia se repite — opino.— No te voy a juzgar Adriano, ni muchos menos a subestimar el amor que le tienes a Anais. Te conozco desde hace muchos años, y también ví como fuiste de especial con ella cuando era una niña —respira.— No voy a mentir, me sorprende que esos sentimientos hayan surgido ahora, más si la viste crecer... Pero, no te juzgaré porque sé que eso es recíproco.— suspira.— Sea lo que sea, puedo entender la situación y.... Claro que los apoyaré Adriano.

— Te juro que la amo, María. Ella es demasiado multifacética, hermosa, comprensiva y fue demasiado inevitable no enamorarme de ella. De niña jamás tuve ningún mal pensamiento ni mucho menos intenciones de hacerle daño. Pero al ella demostrarme amor. Hizo que me enamorará.

—Solo no le hagas daño Adriano, no la lastimes, aunque nunca supe detalles de lo que tuvieron en el pasado... Podía notar el inmenso amor que ella te tuvo, y te tiene. Creo que siempre fuiste el amor de su vida— comento.

—Sé que no me podrás creer, porque me conociste de novio con Verónica pero... Ella nunca me hizo sentir así, Anais me hace sentír cosas que nadie ha hecho María. Y por eso te quería comentar, que quiero hacer las cosas bien, paso a paso. Por ello quiero organizarle una sorpresa. Quiero que sea mi novia. Por supuesto que tú me ayudes.

— Claro que te ayudaré, y porfavor antes de dar ese paso, tengan todas las cosas claras, Anais puede tener muchas dudas— me dijo.

—Prometo hacer las cosas bien.

—Se oye tan lindo que hables de mi hermana así —sonreímos con sentimiento.

Nos abrazamos.

—También tendrás que darle una antesala a mamá, se que te dirá la mismo que yo, pero mejor para que no le tome por sorpresa.

—Es cierto, también lo haremos.

—Supongo que ahora es que falta mil cosas por contarme...— río.

— Así es Marí... —dije riendo.

Se siente tan bien las cosas, cuando las hacemos por amor.

Algo Perfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora