Anais Romers.
9:00am.
El sol estaba precioso, apesar de los vidrios polarizados de la camioneta de Tita, se notaba lo mucho que resplandecía. Ya íbamos de camino a mi casa, estos días que me quedé con ella habían sido súper divinos, sin embargo ya extrañaba mi habitación.
Me sentía tan feliz, iba a salir en la tarde con mi mejor amiga para comprarme el outfit de mi cumpleaños. Ya solo faltaban horas para mañana. Había tenido en mente algunas cosas que quería hacer para este día tan especial pero no me dio tiempo de organizar nada, así que, solo pensé en verstirme muy bonita ese día y listo. Algo sencillo porque no tendría nada igualmente.
Adriano me había comentado que en la tarde tendría un reunión con su papá y algunos arquitectos, la idea de el nuevo centro comercial se volvía bastante tentadora. Me hace feliz que él esté tan concentrado en muchos proyectos.
Salí de mis pensamientos, cuando mi tía aparco la camioneta en frente de el edificio.
La calle estaba repleta de coches estacionados, y personas dispersas también.
Pero había alguien en la puerta de mi edificio, que parecía estar esperando algo.
Me acerqué poco más y la reconocí.
Mis ojos rodaron por instinto.
Verónica Guzmán.
Tita noto su presencia que se le hacía conocida. Pero no le dio mucha importancia.
Antes de poder abrir la puerta, ella musitó.
— Anais quisiera conversar contigo..— en una voz casi susurrando.
—No creo tener algo de que hablar contigo. — respondí consiza.
—Yo sí, necesito decirte muchas cosas, tienes que enterarte de todo lo que pasa. — Suplicó.
—No me busques, ni vuelvas a pasar por mi casa. —abrí y cerré la puerta dejándola hablando sola.
Subimos por el elevador y Tita ya tenía miles de preguntas.
—Te las responderé todas, otro día Tita. — y cerré el tema.
Entre, y mamá me recibió con un exquisito desayuno, conversamos toda la mañana con tita, y realmente el tiempo pasó volando. Decidí subir a dejar mis cosas nuevamente en mi habitación y darme una ducha. Subiendo las escaleras, me recordé de Verónica. Que chica tan intolerable. Me hacía un poco de ruido lo supuesto que quería hablar conmigo, pero todo iba bien en mi vida, y ella no iba a arruinarme mi momento.
Tome mi duche, y me relaje. Me coloque un conjunto más cómodo, ordene mi habitación, revise algunos papeles que tenía pendiente por guardar, y comencé a colocar mis fotos de graduación por las paredes de mi habitación.
Los retratos se veían realmente apotéosicos decorando mi habitación.
La foto más preciosa era la de mis padres.
Y la que compartía con Adriano.
El amor de mi vida.
Luego de todo ello, busque la ropa que me pondría en la tarde. Baje mis visillos, y me recosté en mi cama. Textee algunos mensajes para Adriano, sabía que estaba ocupado, aunque no sabía en qué. Deje mi teléfono en mi mesa de noche, y me quedé dormida.
Luego de horas, sentí caricias en mi rostro.
Conocía ese olor, conocía esas caricias.
Abrí lentamente mis ojos, hasta mirarlo sentando a mi lado.
Rápido lo abracé.
Lo había extrañado tanto, estos días que no estaba en casa, no lo había visto.
— Mi amor. —dije apenas me envolví en sus brazos. —No sabes lo mucho que te extrañe estos días. —dije dejando besos en sus mejillas.
—Mi princesa, te extrañe mucho más— dijo para atacar mis labios.
Nos quedamos abrazados en mi cama.
— Pasé rápido, porque no me aguante las ganas de verte amor. ¿Quieres que almorcemos juntos? —me comentó.
—¡Si porfavor! —respondí. — Luego de almorzar saldré con Alejandra...—Comenté.
—Está bien amor, igualmente tengo cosas que hacer esta tarde.
—Entiendo, ahora que lo pienso, tengo algo que comentarte.— dije.
— ¿Que pasa mi amor?
—Cuando llegue acá, me estaba esperando en la puerta de el edificio Verónica. Me suplico que habláramos, dijo que yo necesitaba enterarme de algunas cosas. — comenté.
— Ella no deja de molestarnos, que más va a planear en contra de nosotros. — Dijo molesto. —¿Quieres hablar con ella?
— Obvio no, pero se pasa de desubicada.
— Te prometo que todo esto acabará amor.
Asentí.
Bajamos a almorzar.
.....
Ya estaba en el centro comercial con Alejandra, Tita nos había traído, almorcé feliz con mi familia, Adriano se fue y me arregle para acá.
Ya tenía pensando que quería vestir, así que estábamos recorriendo tiendas buscando el outfit. Accesorios también buscamos, todo lo que hiciera falta, luego de tantas vueltas conseguimos todo y ambas compramos helado.
—Te quedará tan precioso hermana. — comento Alejandra.
— Eso espero hermana, sé que no haré nada, pero si quiero fotos lindas.
—No te preocupes, mañana será un lindo día igualmente.
La abracé, para luego cambiar de tema.
Ese día conversamos muchas cosas, y era motivador ver cómo ella se preocupaba por como iba todo en mi vida, ya se hacía tarde, y nos buscaron para irnos a casa. Mamá tenía la cena lista, y aproveche de avisarle a Adriano que ya estaba en casa. Sin embargo, alguien tocó la puerta.
— Abre porfavor hija, yo estaré sirviendo la cena. —pidió mamá.
Abrí, y bufé un poco.
—¿Otra vez tú? — dije con fastidio.
—Solo te pido unos minutos, realmente no quiero pelear.
Pensé, y era mejor afrontar todo.
Escucharía lo que ella me quería decir.
—Espérame en la terraza. —solo musite.
Ahora que será lo que quiere hablar conmigo.
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Algo Perfecto
Romance¿Estaré equivocado? ¿Esto que siento, es incorrecto? ¿Dónde está ella? ¿Mi princesa? Sí, tratar de irme a Towel fue un opción para ver si lograba olvidarme de ella, pero no. De nada sirve cuando siempre fue la persona correcta.. Solo hace tres años...