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Adriano Smith.

Hoy acompañe a Jorgine al centro comercial, mientras mi princesa estaba en su universidad, mire la hora y pensé que seguro ya habría salido.

—Hey, Adriano...—dijo Jorgine y caí en cuenta de que me hablaba.

—Dime, perdón, estaba distraído. —.

— ¿Anais, verdad? —respondió. —Bueno lo que te iba a decir, es que vayamos a comer un helado ¿Si?

Asentí.

Pedimos los helados, y nos sentamos en las mesas de la heladería.

— Oye bebé, este finde habrá una fiesta en el club. ¿Irás? —me preguntó.

— No lo sé bebé, tendría que ver si Anais quiere ir, tampoco había escuchado que habría..—.

— Habla con ella, para ir, mira que ya pronto te volverás a ir a Towel. —hizo un puchero, a lo que yo rei.

— Le preguntaré, y sobre Towel no tengo pensado en irme aún. — dije. —Trabaje mucho los años pasado, y gane bastante bien como para vivir este año tranquilo.

—Claro que no te irás bebé, ahora es más complicado por Anais... Es entendible que no te quieras separar de ella.

—Eso es lo que menos quiero, y ya le dije a papá.

—Está bien bebé.

Comimos nuestro helado, y salimos de el centro comercial.

....

Después que deje a Jorgine en su casa, me fuí a ver a Anais, habíamos estado hablando por teléfono y me dijo que quería hablar conmigo.

Llegue a su edificio, y entre, ya que la puerta estaba abierta por los vecinos que allí se encontraban.

Subí por el elevador, y toque su puerta.

— Hola amor. — dijo sonriendo.

— Hola princesa. — respondí.

Me abrió la puerta, y la abracé. Nos saludamos con un beso, y tomamos asiento en el sofá.

— Amor, lo primero que quería decirte es que hoy cumple Tita, y celebraremos en la noche acá en la casa, con mi familia... ¿Quieres acompañarnos? — pregunto.

— Claro mi amor, gracias— respondí. — ¿Que otra cosa pasa mi vida?

— Amore hoy....— trato de decir. Al ver que le costaba decirme, agarre su mano para darle masajes y relajarla.

— Tranquila mi amor, dime.

— Hoy Josuel nos visitó amor... No sabes las tantas emociones que tenía al verlo de nuevo, hablamos, y de verdad quería que de una vez por todas supiera lo de nosotros... Josuel es especial conmigo y no quisiera ya ocultarle eso... Pero sé que es algo de ambos amor, y quería escuchar lo que tú piensas de eso...— termino de decir.

— Mi amor, sé que también extrañabas a Josuel que con más que con nadie las cosas habían quedado inconclusas... Es mi amigo, y sé que desde siempre te quiso muchísimo... Si quieres hablar con el, yo te apoyo princesa, es mejor no ocultarselo. — respondi.

— Quisiera hablar yo solamente con el primero... Pues hay muchas cosas que quisiera decirle... — dijo tímida.

— Entiendo princesa, y te apoyaré si eso quieres.

Me abrazo.

— No sabes, cuánto tiempo he querido porfin sanar esto...— dijo en mi cuello, y sé que se la había escapado una lágrima.

La abrace mucho más, y agarre su rostro entre mis manos.

— Ya todo va hacer como queremos mi amor, todo va a sanar, ya veraz que si. — dije dando besos en su rostro.

Ella asintió.

— Cuando nos volvimos a encontrar esa noche en el club, dijimos que íbamos a aclarar todo lo que no sabíamos... Pase años sintiendome culpable por haberte alejado así de mi... Pero nunca supe si de verdad tú gustabas de mí, si me amas, si me habías visto de otra manera... Pero sobre todo si te había hecho daño Adriano...¿Que paso en esos años, que nos dejamos de hablar? — pregunto y yo suspire.

— Lo acordamos, y te lo voy a cumplir... En ese tiempo mi relación con Verónica seguía, ese día que te dije que yo me casaba contigo por la foto que habías publicado, era el paso para hacerte saber que me encantabas princesa... Mediante hablábamos deje de verte como la hermana de la ex, de mi amigo. Los sentimientos cambiaron y me comencé a enamorar de ti.... Cuando no me respondiste y ya los meses pasaban y nada era igual, decidí aceptar que tú no sentías lo mismo... Es verdad amor, no fue la manera correcta de talvez alejarme de tí pero más que juzgarte di por entendido que a lo mejor, tú eras feliz sin mi. — dije. — Me sentí mal al solo pensar eso, te extrañaba, añoraba hablar contigo. Después de eso termine mi relación con Verónica... Y lo único que me quedaba era aceptar que no te podía tener. Me fui a Towel, pero el sufrimiento era igual.

— Aún recuerdo perfecto, cuando María me dijo que, tú y Veronica ya no estaban juntos. Fui tan feliz... — sonrió mi pelinegra. — Apesar de que no ibas a estar conmigo, tenía la esperanza de que te llegaría alguien mucho mejor que yo, y de solo pensar en que tú estarías feliz, yo ya estaba muy tranquila. — dijo.

— Es increíble, lo genuino que es tú amor princesa. — sonreí. — Te amo.

— Eso me lo enseñaste tú. — dijo para besarme.

— ¡Vaya, pero que amor! — dijo María, saliendo de la terraza, bromeando.

Reímos.

— No sabía que estabas aquí María...— dije.

— Sí, es que vine por el cumpleaños de Tita y para decorar. — comento.

Se sentó en la sala con nosostros, y empezamos a hablar.

— ¿Porque no van, y compran algunas gaseosas o snacks para el cumpleaños?

— Sí, en eso estaba pensado amor.. ¿Vamos? — me preguntó mi princesa.

— ¡Claro vamos!

— Me cambiare rápido, entonces. — dijo y subió.

En lo que se va, María me pregunta.

—¿Ya tienes todo listo?

Asentí.

— ¿Cuando piensas invitarla?

— Hoy en la noche le diré.

— Perfecto.

Hablamos un poco más, y Anais bajo.

— Ahora si, vamos amor. — sonrió.

Estaba más que preciosa.

Me acerque y agarre su mano.

— Estás muy hermosa, mi amor. — dije.

Ella río, y salimos de el apartamento.

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