Narcissa Cassiopeia Black nunca quiso casarse con Lucius Malfoy. No tenía que ver con su apariencia, pues Malfoy era bastante guapo (sus múltiples admiradoras que lo perseguían por los corredores de Hogwarts eran prueba viviente de aquello). No, simplemente eran muy buenos amigos y no quería casarse por conveniencia sólo porque así lo dijeron sus padres. No era justo, pero si iba en contra de la palabra de Cygnus y Druella Black, quién sabe qué medidas tomarían al saber que otra de sus hijas se oponía al matrimonio que habían arreglado para ella. Afortunadamente, su prometido tenía sentimientos similares con respecto a su casamiento, y además, disfrutaba la adulación que recibía por parte de sus "fanáticas". Lo suficiente como para que lleguen al mutuo acuerdo de fingir llevar una vida de tortolitos enamorados y felices frente al resto del mundo, y en secreto salir con personas que ellos mismos elegirían, y no sus progenitores. Así, Lucius continuó siendo adorado por cualquier bruja (o brujo, en ocasiones) de sangre pura de turno, y Narcissa (quien prefería mantener el apellido Black, muchas gracias) esperó a la persona a quien ella consideraría su gran amor, y no alguien que dicte otra persona.
Sin embargo, esta persona llegaría muchos años más tarde, en una fría tarde de enero, cuando ella se encontraba en una casa de té del Callejón Diagon, a la cual recurría en los momentos donde intentaba escapar las reuniones de mortífagos que se llevaban a cabo en la Mansión Malfoy, y este era uno de ellos. Un hombre joven y alto acababa de entrar por la puerta de "Rosa Lee Teabags", y al parecer Narcissa no había sido la única persona que notó su llegada, pues el local entero se dio vuelta para admirar al recién llegado. Era musculoso, tenía pelo ondulado y blanco, y vestía prendas casuales, no las típicas túnicas que solían usar los magos sangre pura de su círculo de conocidos. Tenía el presentimiento de haberlo visto en algún otro lugar, pero no podía recordar en dónde. Su escrutinio mental fue interrumpido cuando el hombre misterioso se paró frente a ella y señaló la silla que tenía de sobra en su mesa. Él hablaba, pero Narcissa cometió el error de mirarlo a los ojos, y se vio sumergida en el azul más intenso y eléctrico que alguna vez pudo llegar a observar. Notando que su público no le prestaba atención a sus palabras, el hombre carraspeó y habló en un tono más alto que antes. Narcissa se sonrojó.
—Disculpa, ¿puedo sentarme aquí? —repitió el guapo extraño, volviendo a señalar la silla que tenía enfrente. Notó que tenía un acento extraño... americano, con mezcla de algo más que nuevamente no lograba recordar—. No hay más sitio en toda la tienda, y realmente quería probar el nuevo té de fresas que tienen en la carta, dicen que es realmente delicioso.
Pero Narcissa sabía que eso no era verdad, y él sabía que ella sabía. La última innovación que había hecho la casa de té había sido hace unos 50 años, cuando Elnora Lee (actual dueña de Rose Lee Teabags) tuvo que reemplazar el té de cereza tradicional japonés por uno traído de Colombia que se hacía con café. El misterioso extraño sólo lo usó de excusa para acercarse a ella, como tantos otros habían intentado en el pasado.
—Estoy... —comenzó a repetir la misma respuesta automática de siempre cuando algo así ocurría: "estoy casada", pero había algo en el hombre que tenía en frente que le intrigaba demasiado como para dejar ir la oportunidad de interactuar con él, así que cambió lo que iba a decir—. Estoy esperando una orden de té de fresas también, ¿podemos compartir si usted así desea? La tetera era demasiado grande para mí sola, de todas formas —concluyó con una sonrisa, satisfecha con su respuesta.
—¡Por supuesto! —exclamó con una sonrisa radiante, claramente había conseguido lo que quería. Se disculpó por un momento, diciendo que volvería en un segundo, y en menos de lo que dirías Quidditch regresó con dos platos repletos de bocadillos y pastelitos—. No podía aprovecharme de tu amabilidad, así que compré estos, espero que sean de tu gusto.
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OUROBOROS
FanfictionDraco Black y la venganza de Lamia. La vida de Draco B. Black nunca fue ideal. Podía lidiar con el hecho de ser el hijo prohibido de un dios y una bruja, ¿pero ser el protagonista de una de las mayores profecías de todos los tiempos en donde deberí...