Capítulo 19

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Caminaba dando vueltas por la sala de espera mientras Anne y Gemma se encontraban en las sillas de la misma. Los nervios lo consumían desde el momento en que Harry había ingresado a la sala de operaciones y él solamente quería entrar a aquel lugar y tomar su mano para que supiera que se encontraba a su lado.

-          Cariño, si no te calmas abrirás un hueco en ese lugar de tantas veces que has pasado por él – escuchó la risa de Gemma ante el comentario de Anne – será mejor que te sientes y esperes como las personas normales.

Levantó la mirada y se topó con la mirada de las dos mujeres que se encontraban completamente divertidas ante su situación y él simplemente pudo sentir admiración por notarlas tan tranquilas ante lo que estaba ocurriendo.

-          Es sólo… - se rascó la nuca, incómodo – nunca había estado en una situación parecida.

Gemma soltó una risa divertida ante aquello, ganándose un codazo de parte de su madre para obligarla a guardar silencio.

-          Ven – señaló el asiento que se encontraba a su lado – espera con nosotras.

Dudó un segundo puesto que él realmente quería irse a sentar fuera de la sala de operación para ver al doctor salir y preguntarle sobre el estado de Harry, pero era más que claro que no lo dejarían, así que soltando un suspiro, se dejó caer a un lado de Anne, quien le tomó la mano al instante en forma de consuelo y apoyo.

Se quedaron en silencio por varios minutos en los que sólo se escuchaban las llamadas que recibía la recepcionista de esa área del hospital, los pasos apresurados de enfermeras y doctores y los sorbos groseros que Gemma le daba a su vaso de chocolate caliente.

Por un momento su mente quedó tan blanca como las paredes del lugar, pero después una duda llegó a su mente y simplemente no pudo contener la pregunta que llevaba atorada en la garganta.

-          ¿Harry siempre fue ciego?

Anne lo miró sorprendida y él asumió a que se debía a que no estaba informado acerca de esa situación.

-          Claro que no, cariño. Si fuera así, no tendría caso que hagan este trasplante.

-          ¿Entonces… cómo es que…?

-          Una infección cuando tenía dos años lo dejó así, pero por que tenía tan temprana edad, no recuerda las cosas que vio – rió – o se resiste a hacerlo… Encontró muy cómodo el estar en esa situación ya que así no veía a su padre en un lamentable estado de ebriedad, supongo. Tampoco lo vio marcharse y se convenció de que si no veía las cosas, dolían menos.

La luz de tu mirada |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora