Capítulo 11.

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Los nervios los había sentido desde el momento en el que había dejado su casa, pero cuando estacionó el auto y se acercó a la puerta de Harry, su corazón latió a toda velocidad. Era como si por primera vez en su vida fuera a hacer algo como eso.

El día era un poco frío, pero no había caído nieve para impedir que su cita se realizara y eso en verdad lo animaba.

Observó el cielo por unos minutos cuando de repente el sonido de la puerta abriéndose lo sacó de todos sus pensamientos. Frente a él se encontraba la madre de Harry quien tenía esa característica sonrisa adornando su hermoso rostro. Cuando la miraba se  daba cuenta de que no estaba de más la belleza de ese chico que le había robado el corazón.



-          Hola, Louis – le saludó alegre – Harry me dijo que saldrían hoy.

-          Hola, Anne – sonrió – eh… sí, yo lo invité.



Ella asintió levemente y se hizo a un lado para dejarlo pasar. Caminó con él hasta el comedor de la hermosa cocina que, al parecer, ella se dedicaba mucho tiempo en mantenerla ordenada.



-          Toma asiento – pidió ella – en un momento bajará.

-          Gracias.



Louis tomó una de las sillas y se sentó en ella con tranquilidad para después tener frente a él en menos de cinco segundos una taza de chocolate caliente.



-          ¿Cómo has estado? – preguntó la madre de Harry sentándose a su lado con una taza humeante parecida a la suya.

-          Muy bien – dijo nervioso.

-          Me alegro – ella suspiró y tomó la taza con ambas manos casi cubriéndola por completo – Louis – le llamó - ¿Qué sucede entre tú y Harry?



De todas las situaciones que se había imaginado para ese día, aquella era la que nunca había pasado por su cabeza y en realidad esa pregunta lo tomaba por sorpresa. ¿Qué respondería? ¿Nada? Ni siquiera él estaba seguro de qué era lo que estaba sucediendo entre él y Harry.



-          Somos amigos solamente – contestó después de encogerse de hombros.



Ella hizo una mueca y asintió con tranquilidad. Se podía notar su preocupación en todas y cada una de sus facciones, y es que en realidad, si Louis hubiera estado en su lugar, estaría igual de preocupado que ella.



-          Los vi besándose – explicó – en tu auto una tarde cuando lo trajiste de la escuela.



Sintió como sus manos se ponían más frías que el clima a pesar de que sostenían la taza con líquido caliente.

La luz de tu mirada |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora