Capítulo 12.

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Habían salido de vacaciones de invierno y en todas las ocasiones que había podido, había ido a ver a Harry quien se mostró completamente emocionado al enterarse de que el día de su cumpleaños era el 24.

Desde que había despertado esa mañana, sus hermanas lo habían llenado de abrazos y mimos, su madre se había pasado una vez por la puerta de su habitación y le había deseado feliz cumpleaños desde ahí ya que había puesto de excusa que se encontraba preparando la cena y sin más, su padre no se había quedado atrás pues su llamada llegó desde tempranas horas. Como siempre había sonado completamente animado y eso le había hecho sonreír.

Sin embargo, sentía que algo le faltaba y era consciente de qué se trataba. Tomó su móvil y antes de que pudiera marcar empezó a sonar. Miró el número en pantalla y la sonrisa de su rostro se hizo grande.



-          ¿Sí? – contestó.

-          ¿Lou?



Sin lugar a dudas, la voz de Harry era completamente hermosa hasta detrás del teléfono.



-          Si, Hazz… soy yo.

-          Tenía tanto miedo de que Gem hubiera marcado mal el número – se escuchó aliviado – sabes que nunca tuve necesidad de llamar a nadie.

-          Me considero afortunado por ser el primero.

-          El único número que tengo.

-          ¿Encontraste fácilmente la hoja en la que lo anote?

-          Si… - susurró.

-          Te dije que era buena idea anotarlo en una hoja en lugar de un pedacito de papel.



Escuchó su hermosa risa inundando sus sentidos, sabía con ello que se había resignado a que él tenía la razón.



-          Feliz cumpleaños, Lou.

-          Gracias, Hazz… eras lo único que me faltaba.

Sabía que si estuviera frente a él podría ver sus mejillas sonrojadas, pero por estar al teléfono aquello era un placer del que se debía perder.



-          ¿Crees que podrás venir esta noche? – percibió el nerviosismo del rizado – es decir… mi mamá hizo un pastel y… y Gemma me dijo que tenía escrito tu nombre… es por tu día especial…. Sólo si tú…

-          Hazz – le interrumpió divertido – está bien, me escaparé aunque sea unas horas para ir con ustedes.

-          ¿En serio? – escuchó su emoción.

-          Si… en serio.

-          Fantástico.

-          Lo sé.

La luz de tu mirada |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora