Capítulo 13.

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Sus ojos eran más brillantes que las estrellas en la oscuridad de la noche, lo deslumbraban como nada en el mundo había logrado deslumbrarlo. Amaba mirarlos, podía pasar horas haciéndolo; eran tan verdes y hermosos que perdía el interés por mirar algo más.

Su sonrisa era la más encantadora de todas, maravillosa. Con ella podía alegrar los días tristes y volver todo perfecto. Si pudiera, actuaría como un idiota todo el tiempo con tal de verla aparecer… era tan perfecta.

-          ¿Qué sucede? – preguntó Harry casi en un susurro.

-          Nada – aseguró sonriendo ante su confusión.

-          ¿Tengo algo? – insistió pasando las manos descuidadamente por su rostro.

Louis no pudo evitar soltar una pequeña risa ante aquel chico tan dulce.

Por instinto, tomó las manos de Harry para detener sus movimientos.

-          Está bien, Hazz – susurró – no tienes nada.

-          Entonces, ¿Por qué me miras tanto?

-          ¿Cómo…? – suspiró ante tan estúpida pregunta que había estado a punto de hacer – Es sólo que eres realmente… encantador.

-          ¿Cómo un caballero de cuento? – ambos rieron.

-          Más que eso.

Harry se sonrojó ante sus palabras y él sonrió deseando poder causar ese efecto en el chico por el resto de su vida.

 
 

~*~

Las horas que pasaba sin Harry eran las más difíciles ya que había aprendido a ser su escudo y a usarlo como escudo ante los comentarios de los demás. La gente creía que era fácil simplemente llegar y decir cosas negativas acerca de la falta del sentido de la vista que tenía Harry sin siquiera preguntarse si aquello lo hería, y a pesar de que Harry fingía de una manera perfecta el desinterés, sabía que las palabras removían cosas en su interior y dolía.

-          ¡Diez vueltas más! – gritó el entrenador desde las bancas.

No pudo evitar soltar un bufido de fastidio ya que jamás había visto a aquel hombre hacer un poco de ejercicio, pero se veía totalmente tranquilo y fresco dando órdenes a todos los jugadores del equipo como si no sintieran cansancio.

-          ¿Todo bien? – preguntó Zayn, jadeando por el esfuerzo físico.

Ante toda respuesta, él se limitó a asentir.

-          ¿Alguna vez has visto a ese hombre darle aunque sea una vuelta trotando a esta cancha? – preguntó Louis sin perder el ritmo.

Su amigo soltó una sonora carcajada, la cual hizo que parara por unos instantes y se quedara un poco detrás.

La luz de tu mirada |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora