Capítulo 8.

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Suspiró tranquilamente y no pudo evitar pensar que aquel que había inventado la calefacción era todo un genio cuando sus pies se sumergieron en el agua tibia de la alberca techada. El entrenamiento había terminado momentos atrás, pero él se encontraba ahí después de todo esperando por Louis quien iría a su encuentro para dirigirse juntos al entrenamiento del equipo de fútbol. Aquello era ridículo porque al final de cuentas eso era algo que no podía ver, pero el hecho de acompañar a aquel chico le hacía estar completamente ansioso.

Escuchó claramente como las puertas de aquel lugar se abrían y dio un pequeño salto en su lugar sin cambiar de posición, esperaba lo peor después de la última experiencia con los desagradables miembros del equipo de Louis.



-          Tranquilo – escuchó esa voz suave y aguda que le alegraba los días – soy yo.



Sonrió a la nada puesto que siempre que se acercaba a él decía aquellas palabras y con ese acto conseguía que todo su cuerpo se relajara al instante.

Sintió como se sentaba a su lado y escuchó un chapoteo en el agua lo que le indicó que Louis había repetido su acción.



-          ¿No iremos al entrenamiento? – preguntó curioso al notar su calma.

-          Bueno, los chicos creen que hace demasiado frio como para correr en una cancha así que no les quise discutir… tengo estas horas libres.



Negó con la cabeza un par de veces sin borrar la sonrisa que delataba la alegría que sentía de tener al capitán del equipo de fútbol a su lado en esos momentos y es que la mayoría de las personas reconocían a Louis como un maldito rompe corazones, alguien que no se interesaba por los sentimientos de los demás, pero a su criterio, el chico tenía un gran corazón y un genuino sentido del humor que jamás pasaba a ser grosero.



-          ¿Quieres ir a casa? – preguntó Louis de repente.

-          No… bueno, si tu deseas que nos vayamos pues…

-          No, para nada – se apresuró –sólo quería saber.



Harry se encogió de hombros y puso cara de completa resignación.



Asintió levemente y movió los pies de manera lenta dentro del agua. Sabía de ante mano que llevaba demasiado tiempo de esa manera y que después sus pies lo resentirían, pero amaba estar dentro del agua.



-          ¿Qué opinas?- preguntó Harry.

-          ¿De qué? – preguntó confundido.

-          De lo que viste ayer…



Louis sintió una descarga recorriendo todo su cuerpo y se sintió estúpido por haber sido descubierto por Harry. Su mente empezó a funcionar a toda velocidad y recordó que aquella chica lo había visto y simplemente ató cabos.

La luz de tu mirada |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora