Capítulo 18.

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Autora: Perdón por tardar tanto en actualizar, pero este tiempo mi papá ha estado en el hospital y no he podido hacer muchas cosas más que estar a su lado. Un abrazo.

Los días siguientes se habían escapado como la arena entre los dedos debido a los exámenes y esas pruebas tontas que le habían hecho al rizado para autorizar la operación.

Louis podía notar los nervios de Harry a pesar de que éste intentaba sonreír y parecer tranquilo ante sus ojos, pero conocía tan bien al rizado que sabía que la distracción extrema como para notar cuando tenía una puerta enfrente (cosa que hubiera notado al instante) y la manera en que jugaba con sus dedos nerviosamente mientras esperaban, eran claras muestras de que todo el interior del chico estaba hecho una revolución.

Las horas en el hospital realmente habían sido cansadas a pesar de que ni siquiera habían operado a Harry y Louis se mantenía a su lado aguantando las quemaduras en su lengua por el café excesivamente caliente que salía de aquella máquina que era lo único disponible en el lugar a tempranas horas.

Por su mente pasaban demasiadas preguntas como el hecho de si Harry podría ver en el momento en que lo operaran, y también se preguntaba la razón de tantas cosas si simplemente se trataba de una operación en los ojos, pero al fin y al cabo no era médico.

Esa mañana era lo último, se encontraban precisamente a un día de la cirugía y él estaba esperando a que Harry regresara puesto que había entrado con el doctor a aclarar unos “detalles”. El café ya había dejado su lengua con una terrible incomodidad por las quemaduras y la incómoda silla empezaba a causar estragos en su espalda baja, pero él había prometido acompañar a su novio a todos esos procesos y quería cumplir hasta el final.

Volteó a mirar por el pasillo cuando escuchó la voz familiar de Harry. Él iba con una enfermera y ella lo llevaba en una silla de ruedas (odiaba cuando hacían eso puesto que le quedaba claro que para esas personas era una carga tener que guiarlo al caminar, así que se lo ahorraban de esa manera) mientras platicaban animadamente de algo que el de ojos azules no lograba entender.

Se puso de pie enfadado, puesto que sabía que Harry por su inocencia no notaba la doble intención que había en la acción de llevarlo en esa silla. No era para que todo fuera más cómodo para él, era para facilitarle las cosas a la estúpida enfermera que iba empujando con cara de fastidio y fingía perfectamente la voz para hacerle creer al rizado que todo estaba bien.

-          Hazz – dijo, llamando la atención de aquella grosera mujer quien levantó la vista y se topó con él.

Los ojos de Harry se fueron en todas direcciones como si realmente estuviera buscándolo y él olvidó por un momento a la enfermera para empezar a desear con todas sus fuerzas que esa operación saliera bien para que por fin esos ojos lo pudieran encontrar.

-          Lou – sonrió – le contaba a Martha que el doctor dijo que todo el panorama de la operación es bueno y que cree que todo saldrá demasiado bien.

En ese momento sacó la conclusión de que Martha era aquella mujer que no le agradaba ni siquiera un poco.

La luz de tu mirada |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora