Carson.

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Quería creer que esto no estaba ocurriendo, que no la estaba viendo en el suelo y que no me estaba acojonando de miedo, porque sentía que mi mundo se desvanecía. Quería creer que el hijo de puta de si ahora exnovio no la había golpeado delante de mí, y quería creer que yo no le había dejado medio inconsciente en el suelo sin tener posibilidades de volver a caminar, pero sí, en cuanto se levanto y vio a mi Avery tirada en el suelo, empezó a llorar, de una forma que ni él sabría explicar, pero ya no habría vuelta atrás, la tuve que llevar al hospital o sacarla de ahí. Así que lo primero que hice fue quitar al estorbo que tenía a su lado para poder cogerla entre mis brazos... era tan frágil, pero conmigo se hacía la fuerte, a mi me desafiaba cada día y no entendía la maldita conexión que sentía en el pecho cuando la veía, o cuando la notaba cerca de mí. Pero sin estarlo.

Mientras la levantaba del suelo y la sentaba en cualquier banco que la mantuviera a mi lado, lo segundo que hice fue llamar al 112, y pasados unos 12 minutos apareció una ambulancia, y se la llevaron dentro, para oscultarla.

Sentía que no podía dejarla sola con nadie, maldita sea, necesitaba sentir el tacto de sus dedos en mis manos, me daban ganas de dar golpetazos a la puta furgoneta, pero solo me acabaría metiendo en más problemas. Se la veía tan mal.... Que no sabría ni explicarlo.
De repente empezó a moverse... a abrir los ojos pesadamente, y sentí que volvía respirar, que mis pulmones se llenaban del aire que ella me hacía sentir. Miraba a todos lo sitios, pero no miraba a ninguno, porque no entendía nada.
Mi pequeña Avery...

Cuando me miró buscó en mí respuestas, pero giré la cabeza dándole a entender, que todo esto se nos había ido de las manos, y se llevó la mano a la sien, intuí que sentía pinchazos, debido al golpe. Apreté mis puños con fuerza.

Los sanitarios, le limpiaron la herida que había dejado de sangrar hace 1 hora y le dieron unas dos pastillas para el dolor y para los mareos. A los 15 minutos después se bajó de allí, y se vino conmigo...

La sentía tan lejos, que tenía miedo de acercarme demasiado.
—Todo esto ha sido mi culpa. Tengo que mantenerte alejada de mí Carson—dijo pretendiendo que yo cediera
—Nena, esto no ha sido para nada tú culpa, el cabrón de tu ex, no sabía ni que te pegaba, en cuanto lo hizo, supo que no debería haberte tocado un pelo—le aseguré las palabras con una mirada cargada de decisión que no pudo evitar echarse a reír un poco...
—Carson, no podemos estar juntos, nos hacemos mucho daño.
—No voy apartarme de tí, siento un vuelco en el corazón cada vez que te veo, y cuando te juntas conmigo siento como sí mi mundo lo ordenaras y no puedo perderte. Estoy enamorado de ti Avery, nunca he sentido esto por nadie. Estamos condenados.

Me miró otra vez, y me dio un abrazo que me completó entero, y la estreché entre mis brazos y supe que ese era mi lugar preferido. Oliendo su perfume y teniéndola conmigo. No puedo separarme de ella. Ella no puede hacerme esto.

Electricidad carnal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora