ᴘʀɪᴍᴇʀ ᴘᴀꜱᴏ

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Primer paso: Admitimos que en nuestras vidas éramos impotentes ante la droga y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernable, ya no podíamos controlarla

Me obligué a mi misma a ir a rehabilitación cuando me desperté en la casa de un desconocido, sin acordarme nada de la noche anterior, rodeada de gente que ni siquiera había visto nunca en mi vida y en un barrio demasiado lejos al mío. Lo que empezó como algo que pensé que no podía lastimarme para evitar mi realidad terminó arruinandome, aunque yo pensara que esas horas donde estaba drogada era la más feliz del mundo al caer en la realidad me daba cuenta que estaba tan rota y tan vacía que me lastimaba con el fin de no aceptar la realidad en la que estaba ahogandome.

El proceso sería largo, lo sabía, no podía estar limpia de un día al otro y dolería mas de lo esperado. Mi viejo por fin hizo algo por mi y me pagó una clínica para desintoxicarme, los primeros meses fueron difíciles, solo pensaba en drogarme, odiaba las terapias y quería escaparme de ahí, pero me recordaba a mi misma la noche que todo se me había ido de las manos y no supe parar, todavía tenía flashes y no eran nada bonitos. 

Acordarme de sentirme pedida, no poder enfocar la vista, sin saber si había hecho algo en contra de mi voluntad, totalmente sacada de la realidad. No era algo que estaba dispuesta a volver hacer, no era algo que quería repetir, estaba enfocada en recuperarme aunque eso me doliera más que quemarme vida, porque en el camino muchas veces quise abandonar.

Estuve casi cuatro meses, encerrada con extraños que pasaron a ser como una familia, compartir anécdotas, miedos, inseguridades, todo lo que pasaba por nuestras mentes te acercaba al otro y te hacía entender que no estabas solo, que había gente que vivía el mismo infierno que vos, habían otros que era la segunda o cuarta vez que estaba allí, yo me prometí por la memoria de mi madre no hacerlo, porque su ausencia había desencadenado en mi una revolución que empezó a los 18 y había culminado a los casi 24, y quería que así se mantuviera.

Fue su pérdida la que me llevó a querer esconder mi angustia en la cocaina, en el alcohol, en las noches interminables de fiesta, fue mi padre el que tampoco pudo superar su pérdida y me alejo, me descuido haciendo que nuestra relación se basara en que me diera el dinero necesario para cumplir mis caprichos y nada mas

Cuando deje el centro de rehabilitación, estaba obligada a ir a charlas semanales de narcóticos anónimos, donde compartíamos nuestras experiencias con el fin de que eso nos ayudara a sobrellevar el camino de la sobriedad, detestaba al tipo que daba las charlas, todo para el era amor y paz, después de diez años de sobriedad es fácil hablar, pero no para mi que hacía apenas seis meses había dejado todo atrás. Ya ni siquiera podía ir a un boliche o a una joda, no podía tomar alcohol, deje de juntarme seguido con mis amigas de siempre porque ellas seguían en la misma y yo no me podía permitir caer, así que me refugié en la nicotina, lo único que podía tocar y me calmaba la ansiedad.

La reunión de ese martes había sido tediosa, cada vez que iba gente nueva se hacía peor, me mantuve en silencio toda la charla mientras los nuevos se presentaban, hasta que por fin llegó el último chico, me llamó la atención su andar, sus ojeras estaban marcadas, seguro hacía muy poco había salido de rehabilitación, mordisqueaba mucho sus labios. Estaba algo nervioso cuando le tocó hablar, aclaró su garganta y quito su capucha dejando al descubierto su pelo castaño con algunos reflejos rubios, un aro en su oreja y un pircing que brillaba en su ceja, hizo una mueca con la boca y tomó aire

—Mi nombre es Valentín - todos saludaron como en cada sesión y yo lo hice rodando los ojos, estaba cansada —Hace tres meses que estoy sobrio - comenzó y se detuvo un momento mirando al orador que lo alentó a seguir, lo típico era contar como te sentías estando limpio y lo que te había llevado a estar ahí —Luego de que mi madre muriera, en un accidente de transito fue mi refugio para dejar de pensar - ya teníamos dos cosas en común, la muerte de nuestra madre y ser ex drogadictos o más bien intentarlo

Adicciones~ WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora