«Todo me está permitido», pero no todo es para mi bien. «Todo me está permitido», pero no dejaré que nada me domine.
Corintios 6:12Pasaron dos o tres días sin noticias de Valentín, tampoco salí de mi casa, no use el celular, no miré televisión, solo me quedé acostada, hecha una bolita en la cama sin querer ni siquiera abrir los ojos. La angustia era tremenda, sentía que nada me iba a poder rescatar de eso, ni siquiera cuando mi madre murió me sentí tan devastada, quizás fue porque me lo veía venir y esto me tomo por sorpresa arañándome el alma.
Luisa estaba preocupada por mi, me llevaba comida que luego se volvía a llevar porque no comía, insistía en que me iba a enfermar, pero yo ya estaba enferma. Una parte de mi añoraba ver a Valentín, otra a Tadeo, la otra a Juan para poder estar sobria, mi vida era un carrusel que subía y bajaba con insistencia sin llevarme a un lugar fijo, simplemente me hacía dar vueltas.
—No quiero hablar con nadie - atendí mi celular porque vibraba con insistencia y era la tercera vez que Tadeo me llamaba en el día
—Quiero saber como estás
—Como el orto, ¿Cómo queres que este? - resoplé pesadamente y lo escuché suspirar del otro lado, seguramente no era nada fácil tolerarme
—Vi a Valentín - cuando lo escuché instintivamente me senté en la cama llevándome la mano al corazón —Hablamos, me pidió disculpas por lo que pasó el otro día, dice que está arrepentido, me preguntó si podía hablar contigo - volvió a suspirar como si eso le pesara —Para saber si queres hablar con el
—No quiero hablar con el, no todavía
—Lo sé, le dije que necesitabas espacio - mordí mis dedos tirandome en la cama nuevamente soltando un suspiro pesado —¿Necesitas algo?
—No
—¿Queres que vaya a verte?
—Si
Me calmaba el desazón
No puedo contar la cantidad de decisiones equivocadas que tome en este tiempo, no me alcanzan los dedos de cinco manos para enumerarlas pero no pensaba con claridad, ya hacía casi seis meses que había dejado de actuar con razociño
No pasaron muchos días más hasta que volví a ver a Valentín, nos encontramos en mi casa, porque así lo quise, sentía que era un lugar seguro para hablar, para vocler a vernos
—Te extrañé
No bastaba más, yo también lo había extrañado. No dude en ir a su encuentro con un abrazo apretado, hundió su rostro en mi cuello aspirando mi perfume, tomé su nuca con mis manos sintiendo su cercanía nuevamente, no se porque, a pesar de todo lo vivido, sus brazos me hacían tan bien
—No te vayas más así, no me puedo permitir perderte - su voz casi desesperada acompaño el gesto de tomar mi rostro entre sus manos
Asentí a duras penas tomando sus muñecas, solté un suspiro profundo y deje que me besara. Que débil soy frente a él, es como que me envenena haciéndome caer a sus pies, una y otra vez, no tengo posibilidad de pensar por mi misma cuando se pone así
—No me lastimes más, no aguanto tanto dolor de nuevo
—Perdóname amor, cuando me drogo...
—No culpes a la droga, ni lo hagas - suspire alejándome para prender un cigarrillo
Estábamos en el fondo de casa, necesitaba un espacio amplio para no sentirme ahogada, estaba segura de todo pero no convencida. Me dio unos minutos de soledad hasta que se apareció detrás de mi abrazando mi abdomen dejando un casto beso en mi cuello
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Adicciones~ Wos
FanficEs como un veneno que se te mete dentro pero en vez de matarte te hace pedir más y más hasta que estás en el suelo sin poder respirar Leer con discreción +18 Contenido sexual, consumo de drogas, temas sensibles