Capítulo 4

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En cuanto la música comenzó a sonar ______ inició su baile, se sentía demasiado avergonzada pero su orgullo era muchísimo más grande en este momento como para detenerse.

Camilo sin duda alguna la siguió, esta situación le estaba divertiendo mucho y de alguna forma le agradaba.

A la mitad de la canción la chica con más confianza se atrevió a tener un acercamiento con el moreno, este se sorprendió ante el movimiento pero no se sintió incómodo. Decidió continuar y así ambos comenzaron a tener un baile de pareja, por primera vez en mucho tiempo se sonreían mutuamente, una sonrisa de diversión y sinceridad.

Camilo alzó la mano para hacer que ______ diera una vuelta lo que hizo que esta soltara una risa, ante esto, la sonrisa del chico se hizo más amplia.

Continuaron bailando juntos hasta que la canción terminó. Una de las manos de la chica quedó en el hombro del Madrigal, mientras que las manos de este estaban en la cintura de ella. La respiración de ambos eran agitadas por el reciente baile que habían tenido y algo más en lo que están iguales es en que su sonrisa no desaparecía, ambos seguían mirándose sin decir nada.

Había un silencio, era como si ambos trataran de decirse tantas cosas con sólo mirarse pero a la vez no.

— ¿Y así espera que le crea que ______ le parece insoportable? —Dolores le susurró a Mirabel.

— ¿Y así espera que... —se detuvo—. Oh cierto, ______ nunca ha dicho nada en contra de Camilo —soltó una risa por lo bajo.

Ambas chicas observaban a los jóvenes desde el inicio de su baile, pero estos estaban tan inmersos en ellos mismos que no lo habían notado.

— Si, lo sé —confirmó Dolores—. A excepción de cuan-... —fue interrumpida.

— ¿Por qué no fui invitado a este baile? —alzó la voz el pequeño Antonio.

El tucán que traía en su hombro fulminó a los partícipes.

_______ y Camilo se giraron hacia a él, al notar la presencia de esas tres personas se separaron velozmente, ambos con un ligero sonrojo en sus mejillas.

La castaña aclaró su garganta intentando que el nerviosismo desapareciera, aunque sabía que eso no sería tan fácil y mucho menos con la velocidad en que su corazón se sacudía.

— Fue algo de imprevisto, bailaremos juntos después ¿okey? —sonrió la ojicafé.

El niño asintió alegremente.

— Bien, necesito irme —Camilo vio por última vez a la chica y salió de la habitación.

— Creí que ibas a por Isabela —bromeó Dolores.

El sonrojo de ______ se incrementó. Mirabel no entendió a que se refería pero decidió no preguntar.
Luego de eso la de moño rojo se fue de ahí riendo.

La de anteojos sólo sonreía de forma traviesa a su amiga y esta sólo la miraba seriamente.

Mirabel estaba a punto de decir algo pero ______ la detuvo.

— Ni se te ocurra decir nada —mostró su dedo índice frente a ella.

— Okey, me calmo —alzó sus manos en forma de paz.

— Necesito hacer algunas tareas, pero regresaré después por nuestro baile pendiente —sacudió la mano de la castaña.

— Me parece bien, suerte con tu tarea —revolvió el cabello del pequeño.

Asintió y salió corriendo del lugar con su tucán detrás de él.

Noche de fiesta~ —Mirabel canturreo y movió sus hombros.

En el Silencio [Camilo Madrigal] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora