Capítulo 17

9.1K 1K 1.4K
                                    

-Me veo ridícula -estaba frente al espejo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Me veo ridícula -estaba frente al espejo.

-¡¿Qué?!, claro que no -Mirabel se cruzó de brazos-. Tú dices que yo me veo linda, así que tú igual.

-Bueno, a ti si te queda el vestido. Las mangas me parecen románticas y lindas pero, creo que no son para mí.

Seguía juzgandose, se giraba de un lado a otro intentando ver si había algún defecto.

-Si lo son, se te ven bien -abrazó por detrás a su amiga.

-Okey, admito que me gusta pero, ¿no crees que es demasiado?. Sólo es una fiesta... -habló insegura.

-Exacto, es una fiesta. Aprovecha a usarlos ahora, o si no nunca te pondrás esto -le señaló el vestido.

-Pero mira que lindas se ven -Nicolás se asomó por el marco de la puerta-, ¿aún no la convences Mira?.

La Madrigal negó -Le digo que se ve linda y ella sigue negándolo, ¿podría ayudarme? -alzó sus brazos.

-Amor, te ves hermosa. Realmente no me equivoqué en comprarte este modelo -la abrazó-. Estaba indeciso pero me alegra haberlo hecho.

-Si, tan indeciso que terminaste comprando el mismo modelo pero con diferentes colores -______ soltó una risita.

-¡Tenían oferta!, tenía que aprovecharla -levantó sus manos inocente-. Bueno, las dejo. Diviértanse a dónde sea que vayan, sólo cuídense mucho, estoy seguro que muchos chicos van a mirarlas así que -acercó su dedo al ojo-. Cui-da-di-to.

-Sí sí, adiós -agitó la mano la castaña.

Sólo se fue su padre y volvió a verse al espejo, está vez se sentía linda.

-¿Zapatillas de tacón bajo sería mucho? -miró a Mirabel por el espejo.

Negó, -Se verán hermosos.

Fue al lugar donde deja todo su calzado y buscó los tacones, por suerte tenía unos blancos y unos azules, perfectos para ellas.

Le entregó los azules a Mirabel y ella se quedó con los blancos.

-Estoy tan agradecida de que me prestaras este vestido, ¡me enamoré de él! -mencionó feliz la de anteojos.

-Tienes suerte de que seamos de la misma talla -sonrió.

Unos minutos después ya estaban frente a la casita Madrigal.

______ tomó el brazo de su amiga -¿Segura que me veo bien? -cuestionó nerviosa.

-¡Por supuesto que si!, ¿tú crees que yo me veo bien.

La castaña asintió de inmediato, el color azul se veía muy bien en Mirabel y su cabello se veía realmente hermoso. Incluso podría atreverse a decir que se veía como una princesa.

En el Silencio [Camilo Madrigal] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora