El parque no quedaba muy lejos por así decirlo, a tan solo unos minutos el rubio rojizo ya estaba en la entrada de este, había un cartel de bienvenida, muy similares a los típicos que hay en las fronteras de la ciudades, solo que más colorido y con una tipografía más infantil, un par de puestos de comida y dulces, miro la hora en su celular, las 2:25, los demás no debían tardar en venir..
- ¡Hey Wal! - Volteó hacia atrás, encontrándose con Miles y su hermano - Me sigue sorprendiendo que hayas aceptado la invitación - Dijo animado el deportista.
- No fue nada - Respondió el mayor con su tipico tono tranquilo.
- Jackson, el es Waylon Fleming, el compañero del que te hablé - Presentó el castaño estirando su mano hacia el mencionado.
- Es un placer conocerte - Dijo el ojimiel mientras estaba agachado a la altura del de melena avellana y extendía su mano para darle un apretón.
- ¡Lo mismo digo! - Respondió alegre el pequeño dándole una chocada de manos, su hermano solo pudo reír levemente ante la formalidad de su amigo.
- No tienes que ser que tan elegante, no estas enfrente de Biden - Dijo burlón mientras desordenaba el cabello de su compañero.
Entraron al parque, lo primero que hicieron fue comprarle un hot dog a Jackson, a simple vista parecían una linda familia, después de eso el menor de los tres arrastro a sus cuidadores hacia la atracción a la que mas quería ir, laser tag, al entrar les hicieron colocar chalecos negros adecuados para captar los disparos y una arma que lo único que daba eran disparos de laser, Miles y Jackson hicieron un equipo dejando a Waylon a su merced. Entraron a una basta habitación oscura con algunas bases para ocultarse o disparar al objetivo.
Después de una serie de disparos y gritos muy similares a los de Star Wards, salieron de la atracción, el menor de los tres, caminaba hacia atrás en frente del rubio mientras lo miraba.
- Cuidado te caes Jacks...- El ojimiel no pudo terminar de advertir al avellana.
- ¿Cómo hiciste eso?, Éramos dos contra uno y sin embargo nos aplastaste como Bruce Wayne al acertijo - Afirmo animado y asombrado.
- Solo fue estrategia, no fue nada - Respondió Fleming con un tono despreocupado y tranquilo.
- Conque estrategia, eh - Dijo con un toque pequeño de malicia, para después detener su caminar y poner sus dedos índice y pulgar en su barbilla simulando una L - En ese caso...¡Vamos a los carritos chocones! - Dijo mientras agarraba ambas mangas de los estudiantes de preparatoria que eran arrastrados a la atracción mencionada, para la sorpresa de los hermanos, la fila era realmente corta, siempre cuando iba había una fila abismal, finalmente cada uno se subió a su carrito, Miles eligió un verde militar, el pequeño Jack un amarillo similar al pelaje de un león mientras que el mayor no le dio importancia a eso y cogió el primero que vio, uno naranja. Entonces la música empezó, las tonadas de piano y lo que sonaba como una flauta inundaron el lugar, pero prontamente fueron opacadas por las risas de los participantes y choques de los vehículos, los hermanos se vigorizaban ante la diversión, pensaban poco en a quien chocar pero Waylon era otra historia, solo miraba a los demás, por loco que sonase era la primera vez que se subía a esa atracción, se perdió en sus pensamientos indagando quien lo atacaría o a quien debía atacar para tener el mejor resultado, pero fue sacado de ellos debido a fuerte estruendo, miro hacia atrás encontrándose con su mejor amigo, la había chocado, en ese mismo instante el de orbes grises hizo lo mismo pero con su delantera y con una sonrisa burlona y cejas levemente fruncidas y en cuanto de su cuenta, todos los carritos les vino la increíble idea de chocarlo, pasaron minutos y minutos en esa atracción hasta que la música se detuvo al pie del movimiento de los autos, poco a poco las personas se empezaron a parar de sus asientos; Miles ayudo a Fleming a levantarse dándole su mano, juntos salieron de la atracción con rumbo a la salida del parque, faltaban 30 minutos para que fueran las 6:00 PM.
Caminaban a la par, Miles a la izquierda y Waylon en el otro extremo, dejando al menor en el centro, el presidente del club quiso acompañarlos hasta su casa, después de todo, no quedaba muy lejos de la suya, al paso en la acera intento recordar cuando fue la primera vez que sus padres lo llevaron a un parque de ese tipo, pensó e intento recordar, con fuerza, entrecerraba los ojos mientras miraba al suelo, pero nada y mucho menos de la vez mas reciente, se podría decir que era porque ¿Nunca hubieron ese tipo de salidas? Solo le venían imágenes de sus clases y actividades extracurriculares, las de piano cuando sufría por no entender la diferencia entre un Do mayor y uno menor en los pentagramas, las clases de italiano los miércoles después de clase y como practicaba su pronunciación y claro las lecciones matemáticas demasiado avanzadas para un niño de 11 años en ese entonces; levantó su vista y dejó de tensionar sus músculos faciales, antes de pasar la calle, Hamilton miro a los dos lados con sus pupilas y las manos en los bolsillos, por otro lado, Fleming agarró a su Jackson de la mano y miro a ambos lados girando su cabeza.
- Waylon, ya estoy grande para que me des la mano al cruzar - Dijo con un tono algo berrinchudo mientras soltaba la mano del mayor ya en la otra acera.
- Pues no miraste a ambos lados - Dijo firme sin mirarlo el mencionado.
- ¡Lo hice porque Miles cruzo también! - Respondió con el mismo tono.
- A tu hermano lo pueden atropellar y ni se da cuenta - Volvió a hablar con un acento similar a una reprimenda, pero en vez de dar de temer, daba algo de risa el sarcasmo.
- Se nota la fe que me tienes, eh Wal - Respondió Miles con un falso tono de decepción.
Luego de unos minutos de caminata mas, llegaron a la casa del ojiverde, quien metió y giro la llave en la cerradura, para que después escucharan la voz de su padre.
- ¡Jack, ven tu madre está el teléfono! - El pequeño entro a la casa yendo directo a hablar con su madre, dejando a los mayores solos en el pequeño porche.
- Deberíamos repetirlo alguna vez - Dijo feliz el castaño mientras miraba a su amigo dedicándole una sonrisa fugaz.
- Nunca estuve tan de acuerdo - Indicó las últimas palabras con un tono algo tímido pero con una pizca de emoción y alegría.
- Aunque...- El deportista se acercó al mayor, dejando descansar su brazo en los hombros de periodista - Serás un buen padre en el futuro - Dijo con un tono pícaro y una sonrisa sagaz mientras miraba a fijamente los ojos ajenos.
- ¿Qué cosas dices, Miles? - Waylon apartó el brazo ajeno de sus hombros, con un tono a simple vista molesto.
- Pero si solo dije la verdad - Dijo entre pequeñas carcajadas el menor mientras observaba la actitud de su compañero.
- Tsk, te veo el lunes Miles - Se despidió y el mencionado solo dijo
- Lo mismo digo - Moviendo su mano mientras veía al segundo bajar las escalas de la entrada. Ya a unas cuadras mas alejado, el neojerseíta se volvió a perder en su peor enemigo, su mente....
Las gélidas temperaturas del febrero invernal se hacían presentes y notorias con la nieve repartida en la ciudad, por eso mismo el rubio detuvo su caminar al ver que su descendiente desprotegido, agachándose para abotonar bien su abrigo, en ese instante se escucharon pisadas detrás de ellos, ambos voltearon a mirar; encontrándose con un castaño, de ojos verdes tono pino quien les dedicó una sonrisa cálida, capaz de combatir aquel invierno aparentemente eterno.
El de cabello levemente rojizo detuvo su caminar tapándose media cara con su mano... <<¿P-Por q-qué me imagine eso?>>
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El club de periodismo
RomansWaylon Fleming un estudiante ejemplar en su penúltimo año de escuela, presidente del club de periodismo. Una vida prácticamente perfecta por delante, pero realmente tiene una pequeña cuestión, le gusta alguien de su escuela, pero no cualquiera, su m...