Capítulo 19.

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Un día que Liv salió pronto del trabajo, llamó a Bella para preguntarle si podría ir a su casa a hacerle una visita ya que no tenía ganas de volver a su apartamento tan pronto; al responderle la chica que sí, fue de inmediato a la casa de Tony. Al llegar vio que había un montón de coches aparcados en la entrada de la casa y cuando Bella le abrió, preguntó extrañada qué ocurría.

-No te preocupes, es que mi padre tiene una reunión sobre negocios... por decirlo así.

-De acuerdo, sólo ha sido que me he asustado un poco. ¿Recuerdas cuando Nathan y yo tuvimos que ir a México? -Bella asintió- Pues pensaba que habían venido a buscar a tu padre o algo.

-Oh no, que va; no es para nada eso. Vamos Liv pasa, no te quedes ahí fuera.

Las dos fueron a la cocina a por unos refrescos y mientras hablaban de sus cosas, un chico de aproximadamente la edad de Liv entró.

-Disculpad, ¿me podéis dar un vaso de agua? -cuando las dos se giraron se sorprendieron al verlo; era un chico alto, moreno, con barba y muy pero que muy apuesto.

-Sí, claro -dijo Bella al cabo de unos largos segundos mirándole embobada.

-Muchas gracias -respondió el chico educadamente-. Por cierto, yo soy Pablo Caprione.

-Y yo Bella, la hija de Tony. Perdonarme, pero tengo que irme.

- ¿A dónde vas? -preguntó Liv un poco histérica por tener que quedarse a solas con Pablo.

-Nathan me está llamando.

Justo cuando Bella se marchó el chico se quedó mirando a Liv con una sonrisa; ella en cambio, estaba nerviosa porque se sentía muy incómoda allí con él.

- ¿Y bien? Sólo me queda saber cuál es tu nombre.

-Liv Kozlova.

- ¿Es ruso o algo así? -preguntó con su encantadora sonrisa.

-Emmm sí, así es.

-Vaya, ¿y cómo has venido a parar aquí desde tan lejos?

-Supongo que fue en busca del famoso "sueño americano".

-Yo creo que más bien fue por el calorcito que hace aquí -dijo Pablo bromeando con una sonrisa ladina.

-Sí, así es -respondió Liv con una risita tímida.

Después de unos largos minutos hablando, Liv se sentía cada vez más cómoda con él. Por fin volvía a reír con ganas después de mucho tiempo, concretamente desde que Jared se marchó. A la chica le asombraba lo maduro y centrado que era Pablo, pero a la vez no perdía el humor.

- ¿Puedo preguntarte algo? -dijo Liv más seria.

-Lo que quieras.

- ¿Por qué eres tan maduro? O sea, la gente de mi edad, y sobre todo los hombres, no se comportan para nada así. Suelen ser unos payasos con apenas dos neuronas.

-No sé, supongo que es porque me educaron así para cuando herede el cargo de mi padre y es necesario que sea así para llevar sus tareas a cabo -Liv le miraba con mucha atención-. Bueno, creo que ya hemos hablado mucho de mí. ¿Qué hay de ti? ¿De qué conoces a Tony?

-Lo conocí cuando me mandaron hacer una misión para él y aquí sigo -dijo con una pequeña sonrisa-. Sobre mí no hay mucho que contar, no soy tan interesante como tú.

- ¿Así que te parezco interesante? -dijo Pablo con una sonrisa picarona.

- ¡No! -Liv se volvió completamente roja- Eres interesante, pero no en ese sentido. No pienses que estoy coqueteando contigo -continuó vergonzosamente.

Catch me if you canDonde viven las historias. Descúbrelo ahora