Catch me if you can

Capítulo 2

Me despedí de Vito y Poly justo antes de entrar en el avión y viajar hasta Las Vegas. Cuando llegué fui directa a un casino para contactar con un hombre. Vito me contó que ese tipo estaba informado de la situación y él sería quien me ayudaría allí. Después de perderme un poco por el camino, conseguí encontrarlo y entré. Al ver aquel lugar por dentro me quedé asombrada porque tenía un aspecto muy lujoso y sofisticado. Un hombre de unos sesenta y tantos se acercó a mí y me preguntó:

— ¿Tú eres la chica que viene de parte de Vito?

—Sí, soy Liv.

—Yo soy Marco, encantado de conocerte. Vito me ha hablado mucho de ti, me ha contado que has estado entrenando mucho para cuando te encuentres con ese tipo.

—Sí... ¿Cómo es tan grande este sitio?

—Me costó mucho que llegara a estar así, pero el esfuerzo ha valido la pena. ¿Te gusta? -dijo el hombre orgulloso de su trabajo.

—No está mal.

—Ese viejo no sabe que tú sólo quieres divertirte, tienes derecho a eso. Pero no, él te entrena para pagar sus deudas con la mafia. Si yo fuera tú, aprovechando que estoy aquí iría a divertirme.

—Yo sólo he venido a hacer mi trabajo, no a perder el tiempo. Debo encontrar a ese tío y quitarle la tarjeta.

—Vaya, veo que Vito te lleva enseñando mucho tiempo, te has vuelto igual de seria que él. Pasa por aquí, te presentaré a una de mis chicas. Ella te ayudará a prepararte para esta noche.

—¿Esta noche? ¿A qué te refieres?

—Atraeremos a "ese tío", como tú dices, hasta aquí para que le cojas. Para ello tendrás que actuar aquí.

— ¿Y por qué tengo que actuar?

—Porque ese es el plan.

— ¿Plan? Se suponía que vosotros me ayudaríais, no que me digáis cuál es el plan. Bueno da igual, sólo importa cogerle.

Llegamos a una gran sala en la que había un montón de mujeres ligeras de ropa correteando de un sitio a otro para prepararse.

—Ésta es Missy, ella es quien te ayudará. Missy ella es Liv, la chica de la que te he hablado.

— ¿Voy a tener que ir como ellas? -pregunté horrorizada.

—Sabía que me ibas a preguntar eso -dijo sonriendo-. No, he decidido que vas a actuar en otro número que contiene más ropa.

— ¿Se supone que tengo que agradecerte el detalle?

—Deberías -respondió riendo-. Ven por aquí, te enseñaré la coreografía.

— ¿Pero qué cachondeo es este? ¿También voy a tener que bailar?

—Pues claro y deja ya de poner pegas, se supone que tú sabías todo esto.

—A mí nadie me ha contado nada.

—Vaya, pues el tal Vito es peor de lo que pensaba.

—No digas eso de él, es muy bueno conmigo.

— ¿Tantas cosas te compra? No te ofendas, pero si tuviera tu edad me daría un poco de grima acostarme con alguien tan mayor.

— ¡¿QUÉ?! ¿Pero qué dices?

—Tú... y él...

— ¡NO POR DIOS! Vito es como un padre para mí.

—Lo siento, no lo sabía -dijo Missy muy nerviosa-. No sabía eso, lo siento de verdad, verás... es que aquí las chicas hacen eso.