-Creo que deberías retirarte -le dijo Nathan a Liv en la sala de espera del hospital-. Todo esto se te ha ido de las manos; cada vez que estás involucrada en algo terminas muy perjudicada.
-Cállate la puta boca -le espetó ella.
-Oye, no me hables así. Si no te gusta oír la verdad, te jodes. Sabes que llevo toda la razón.
-¿Qué llevas toda la razón? No me hagas reír Nathan -dijo irónica-. Lo único que dices son mentiras.
-¿Y tu muñeca qué? ¿Ahí llevo razón o no? Si mintiera, no estaríamos aquí esperando para que te pongan una escayola en ella. Y reza para que se te cure pronto, porque tiene muy mala pinta.
-Mi muñeca está bien. Si estamos aquí es porque eres un exagerado, pero esto en un par de días está curado.
-Liv tienes la mano amoratada y tu muñeca está muy hinchada; ni siquiera puedes moverla, así que no me vengas con el cuento de que eres una tía súper dura que lo aguanta todo. Un hueso roto dudo mucho que se cure solo en un par de días.
-Gilipollas -Liv se levantó de la silla con intención de irse, pero Nathan la agarró del brazo y la sentó sobre su regazo agarrándola fuertemente.
-Di todo lo que quieras, pero no voy a permitir que te vayas de aquí con la muñeca rota.
-Suéltame si no quieres quedarte sin huevos -Nathan se echó a reír mientras Liv intentaba soltarse.
-Que graciosa eres, enserio -dijo apaciguando su risa-. Forcejea todo lo que quieras, sólo conseguirás cansarte. Yo no soy como tu novio; por lo menos soy fuerte, no como él.
-Yo no tengo novio y no tengo intención de tenerlo, capullo.
-Venga ya, no lo niegues, si estamos en confianzas. No tienes que fingir que no te gusta.
-Si tenías pensado tener hijos, como sigas así, no vas a poder.
-Mucho hablar y poco actuar.
-¿Quieres verlo? -preguntó ella con una sonrisa maliciosa.
-No vas a conseguir hacerme nada -la chica consiguió liberar una mano del agarre de Nathan y le dio un puñetazo en la entrepierna.
-¡OH! -gritó soltando rápidamente a Liv para agarrarse sus dolidas partes. Todo el mundo se giró a verlos, incluso las enfermeras que iban de un lado a otro se pararon a contemplar la escena.
-¿Liv Ylva Kozlova? -preguntó un doctor cuando salió de su consulta.
-¡Es ella! -gritó Nathan señalando a la chica que se estaba escapando- ¡No deje que se marche!
El médico salió corriendo detrás de ella y cuando consiguió atraparla, la llevó a su pequeña consulta.
Aquella era una escena bastante cómica: Liv huyendo, el doctor corriendo detrás de ella y Nathan retorciéndose de dolor en el suelo. Ahora sí que todo el mundo contemplaba la escena, incluso unos niños pequeños se reían ante lo que acababa de suceder. Nathan entró después de ellos y se sentó con una mueca de dolor sin soltar su entrepierna lastimada.
-¿Se encuentra bien? -le preguntó el médico con cierta preocupación.
-Sí, no se preocupe. Se me pasará dentro de un rato.
-Bueno señorita Kozlova, aquí dice que su muñeca está rota. No tenía por qué salir corriendo, si lo ha hecho porque pensaba que le haría daño tengo que decirle que no. No voy a hacerle nada; además, creo que ya le duele bastante de por sí sola.
-Déjate de mierdas y haz lo que tengas que hacer -contestó ella muy seria.
-Vaya, parece que es una señorita un poco testaruda -dijo el doctor con una leve risita.
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Catch me if you can
ActionLiv es una chica 19 años que carece de sentimientos. Su pasado la obligó a viajar a Estados Unidos en busca de una vida mejor. Allí conoce a Vito, un hombre que acaba siendo su única familia. Vito es un italiano de los de toda la vida y recurriendo...