Capítulo 11.

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Frank despertó sintiéndose muy mareado y algo desorientado pero volvió a la realidad al ver a Liv. La pobre estaba tirada en el suelo con aquella pinta desastrosa al lado de un charco de vómito. Se acercó a ella, la limpió y la metió en la cama para que siguiese durmiendo donde se merecía. Dejó que Liv pasara el día descansando mientras él se encargaba de resolver algunos asuntos de sus negocios.

Al llegar la noche regresó al motel y al entrar en la habitación vio que la chica había despertado; aquello le hizo sentir aliviado porque existía la posibilidad de que no llegase a despertar. Frank le propuso salir de fiesta pero al principio ella se negó. Después de insistir un poco, el chico consiguió convencer a Liv para que salieran y así se despejarían un poco después de todo el tiempo que llevaban encerrados en aquella minúscula habitación. Liv apenas tenía nada con lo que vestirse, pero resultó que en su ausencia Frank le compró un bonito vestido corto mientras hacía los planes para aquella noche. Como Frank era un camello que había conseguido hacerse un hueco entre los mejores, eso hacía que fuese invitado a muchas fiestas de personas con un alto nivel social y económico; en resumidas cuentas, los hijos pijos de padres forrados que eran adictos a drogas de diseño. Fueron a la fiesta de un chico que tenía más o menos su edad y pasaron la noche en su enorme mansión. Aquella noche Liv y Frank se dedicaron a hacer lo mismo que el resto de las noches: beber y drogarse, pero la diferencia es que se encontraban en un sitio más lujoso.

Aquella noche le vino muy bien a Liv para despejarse de todo. Toda la noche estuvo entretenida con un chico al que conoció; no pensaba acostarse con él ni nada por el estilo, sino sólo pasarlo bien. Pero para su desgracia aquel chico no quería pasarlo sólo bien, quería llegar a algo más con ella. A Liv eso no le hizo ninguna gracia y pensaba patearle el culo a aquel cretino.

Frank se dio cuenta que el ambiente se había vuelto más tenso y eso sólo podría traer problemas. Decidió buscar a Liv para marcharse, pero resultó que ella era la causante de aquella tensión. La chica se estaba peleando con uno de los tipos más importantes de aquella fiesta. El pobrecillo no sabía donde se había metido provocando a Liv y ahora ella se lo estaba demostrando a base de puñetazos. Rápidamente Frank se acercó a ellos e intentó separarlos pero lo único que consiguió fue un golpe en la cara. Con ayuda de otros dos chicos consiguieron separar a Liv del pobre chico que por poco quedó desfigurado.

-¡¿Es que estás loca o qué?! ¿Eres consciente de a quien has pegado? -gritó Frank furibundo- Por tu culpa nos han echado de la fiesta.

-Me importa una mierda. ¡Ese gilipollas quería acostarse conmigo!

-A mi si que me importa una mierda lo que quisiera contigo. ¿Y por qué no te has acostado con él?

-Porque yo no soy ninguna guarra.

-Noooo, tú eres toda una señorita -respondió irónico.

-Vete a la mierda.

Liv comenzó a caminar más deprisa para alejarse todo lo posible de él pero Frank corrió hasta ella y la detuvo agarrándola del brazo.

-Liv, le has pegado a uno de los chicos más ricos de Washington, su padre es un gran empresario. Reza para que no comiencen a buscarte porque entonces se te caerá el pelo.

-Que se atrevan a hacerme algo -respondió la chica mirando intensamente a Frank, llegando a sentirse intimidado por un momento.

-Liv, tienes que andarte con más cuidado -le dijo con un tono más tranquilo mientras la abrazaba.

-Son ellos los que tendrían que andarse con más cuidado... y suéltame. ¿A qué viene ese abrazo? -se separó bruscamente de él- Ya sé que hemos hecho cosas durante estas semanas, pero que quede claro que no hay nada entre nosotros.

Catch me if you canDonde viven las historias. Descúbrelo ahora