4 - Viaje en tren

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Harry emprende el primer gran viaje de su vida, nueve horas en tren lo separan de el grandioso destino de estudiar magia. Pero no todo es color de rosas.

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El mes había pasado velozmente considerando que Harry había leído y releído once de sus quince libros que tenía para investigar durante el año. Estos fueron sus ocho libros escolares de primer año, el libro de política, el libro de leyes y el libro de deberes de un Noble Heredero. Realmente solo faltaban los de Aritmancia y Runas pero sabía que no los necesitaría en un futuro cercano, además de que la historia del ministerio británico sinceramente no le había parecido tan interesante. El último libro que le faltaba leer fue uno que sacó de la bóveda Potter, escrito por su abuela, llamado: "Un intercambio justo. - La guía de rituales de Dorea Potter"

Si Harry tuviera que pensar para sus adentros, la magia era increíble. Los del ministerio eran unos idiotas al haber prohibido tantos campos fascinantes de ésta. Había aprendido de Alexander, y de algunos recuerdos de la matrona del Orfanato en el orfanato que había crecido que el gobierno generalmente era un grupo de gente arrogante, ambiciosa y débil que buscaba subyugar al promedio para mantener sus posiciones de poder, limitando el conocimiento y el aprendizaje. Era más fácil controlar a un bruto y débil que a un inteligente y capaz. Y hasta ahora esas palabras tenían algo de verdad en ellas, el ministerio era una mierda. Cuando ya no tuviera cosas más interesantes que hacer, como aprender muchos y diversos tipos de magia legal o ilegal y ganar poder para ser libre, probablemente se encaminaría a derrocar a los burócratas.

Volvió a enviar esos pensamientos al fondo de su mente, no era algo por lo que se tuviera que preocupar en el futuro cercano. Pensando en el colegio, como había leído los libros para las materias, ya sabía cuáles le atraían intensamente y cuáles no tanto. Estaba intrigado por encarar Pociones, Defensa Contra las Artes Oscuras, Encantamientos y Transfiguración. También sabía que Historia de la Magia y Herbología no fueron cosas en las que se interesaría demasiado. Vuelo era algo que podía tomar sin quejas, pero, ¿Por qué limitarse a usar una escoba cuando podría inventar alguna otra manera?

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Harry llegó a la estación nueve extrañado. Se preocupó internamente de si se había equivocado y sobre que no podría llegar. Pero de pronto pudo ver a un hombre adulto vestido de manera extravagante con un conjunto de túnicas y suspiró alegrado de que fuera un mago. El hombre había venido con un niño que llevaba un gigantesco carrito repleto de diversas cosas. Luego vio al chico despedirse y traspasar la ancha columna del andén número diez. Sonrió cuando entendió por qué era nueve y tres cuartos.

Harry se alegró de que dentro su baúl miniatura encogido las cosas entraran en estasis, pues además de su ropa y primeros objetos mágicos había comprado una lechuza negra y algunos huevos aleatorios en la tienda "Criaturas Mágicas para el Hogar". La estasis era una especie de detención temporal para congelar cuerpos vivos o no vivos en un estado de preservación óptimo. Hablando de los huevos, el vendedor se había querido negar a cobrárselos puesto que ya habían pasado algunos meses de su etapa de eclosión lo cual había desmotivado a Harry seriamente. Pero la idea de experimentar con huevos mágicos había sido muy tentadora, más aún con el bajo valor de un par de Knuts por Huevo. Ahora, Harry no tenía idea sobre criaturas Mágicas, pero nada que no se pudiera arreglar con una lectura profunda.

Apenas cruzó el umbral, usó una de las últimas habilidades que había desarrollado. Tiró de su magia para que lo envolviera y lo hiciera menos llamativo, no le gustaría probar las palabras de la profesora Mcgonagall sobre su fama y llamar atención indeseada. Intentar conjurar un hechizo con una varita era exponencialmente más fácil, pero había intentado usar su magia por sí mismo por gran parte de su vida y ahora que tenía una no significaba que fuera a parar. Veía las varitas como un palo ridículo y, cuando fuera mayor y más poderoso, ser dependiente de un palo mágico no sería genial en lo absoluto, más aún cuando lo podías perder.

El Camino del HechiceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora