El Camino del Hechicero

8 - El director

Harem discutible:

Daphne Greengrass ? 2
Hermione Granger ? 1
Luna Lovegood ? 1
Joven Fleur DeLacour ? 1
Joven Nymphadora Tonks ? 1
Susan Bones ? 2
Astoria Greengrass ?
Narcissa Malfoy ?
Sugerencia de ustedes ??

Quiero aclarar que no pondré juegos de hermanas en el mismo Harem para Harry.

Harem de 3? (Harry más 2 chicas)
Harem de 7? (Harry más 6 chicas) 4

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Harry comienza una adecuada recuperación. El primero en querer hablar con él es el Director Dumbledore.

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Harry se despertó al día siguiente y Madame Pomfrey le había dado una poción nutricional para reemplazar las comidas del día, no sería sano para él ingerir ningún alimento mientras su pecho sanaba. Fue entonces cuando se dio cuenta de cuánto extrañaba la comida grasienta. Se había decidido, cuando se recuperara, a aumentar la carga del ejercicio físico que realizaba durante las madrugadas con tal de comer los manjares grasientos que los elfos preparaban.

Había pasado la mañana mirando el techo, sus apuntes estaban en la bolsa de tenencia y no quería revelar que tenía una para empezar así que no se molestó en pedir ayuda. Sorpresivamente, el profesor Snape pasó a ver como estaba y a quitarle puntos por ponerse en riesgo de esa manera, para luego brindarle algunos al haber salvado a una compañera. Pero nadie más fue a verlo después de eso. Madame Pomfrey le había dado algunos brebajes más y luego le había prohibido hacer magia, por lo que le había quitado su varita.

Luego, llegó el mediodía y fue liberado bajo la condición de que se abstendría de la magia y del esfuerzo físico a gran escala por los próximos tres días. También se le había informado que el Director lo estaba esperando en su oficina. Harry llegó luego de unos momentos y antes de que pudiera golpear escuchó: "Adelante Señor Potter."

Harry entró a una oficina extraña. Estaba compuesta por tres ambientes circulares, alineados y en un desnivel de al menos dos metros cada uno. Había colgados al menos cien cuadros de diferentes hombres y mujeres en todas las paredes y los armarios estaba repletos de cientos de diferentes artilugios mágicos de diversas formas, tamaños, colores y que realizaban cientos de movimientos diferentes. En el segundo de los niveles había un gran escritorio lleno de papeles y una gran percha. Detrás del escritorio había un hombre anciano vestido como un mago de fantasía de las películas de Disney, con una túnica púrpura estrellada, un sombrero púrpura y puntiagudo y unos anteojos de media luna, ostentando largas y pulcras cabelleras y barbas blancas como el hueso.

En la percha había un ave majestuosa, plumaje de color rojo ardiente con el pecho naranja, la piel de las patas era negra al igual que sus ojos, con un pico ancho y anaranjado, ostentando una cresta púrpura. Dos plumas eran especialmente largas saliendo de su cola. ¡Era un fénix!

—Señor Potter, venga, pase... —dijo el director levantándose y haciéndole ademanes amistosos.

Harry subió las escaleras y se sentó suavemente en uno de los asientos del director, sosteniendo su pecho ante el esfuerzo.

—Director Dumbledore, es un pla-placer conocerlo, señor —dijo con dificultad Harry.

—Veo que sigue en dolor —dijo Dumbledore y frunció el ceño.

—Si, hoy no debo esforzarme mucho —dijo Harry e hizo una mueca al asentir.

—Hm...

Ambos se quedaron en silencio mirándose el uno al otro. Los ojos del director parecieron brillar levemente.