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La visita de aidan me hizo sentir bastante bien, por unos minutos me olvide de muchas cosas que estaban pasando por mi mente en ese momento y me concentre en lo que hablábamos, se quedo la mayor parte de la tarde conmigo, hablando de cosas demasiado random. También contamos anécdotas de cuando éramos pequeños y hablamos de las cosas que más nos gustaban de cada uno.
–sabes, me gustan observar la luna por que me recuerda a ti, a la primera vez que vimos las estrellas en el jardín de este hospital– me tomo de la mano y entrelazo nuestros dedos haciendo que me sonrojara
–también me gusta el sonrojo de tus mejillas, es tan lindo como las rosas rojas– reí ante el comentario
–¿Cómo haces esto?– hizo una ligera mueca y me miro
Acomode su cabello despeinado y reí.
–¿Hacer qué?– el seguía mirándome– no estoy haciendo nada, tonto
–eso es lo que me está volviendo loco– lo mire confundida pero a la misma vez trataba de no entender sus indirectas
hizo que nuestras frentes chocaran, ambos podíamos sentir la respiración del uno con el otro al punto de que nuestros latidos se fueron haciendo mas rápidos cada vez. Me tomo de la cintura para pegarme un poco hacia el y estampar mis labios con los suyos.
sentí que una descarga eléctrica paso por todo mi cuerpo.
–me gusta volverte loco– fueron las primeras palabras que vinieron a mi mente, y se las dije sin separar sus labios de los míos
pase toda mi vida o al menos una corta parte de mi vida sintiendo cosas diferentes, cada uno de los días del año y así por mucho tiempo hasta ahora, pero nada se compara con esto, es algo que no se puede explicar con palabras.
no es lo mismo el sentir un cálido abrazo o la sensación de cuando tomas a alguien de la mano u la entrelazas en algunas ocasiones, a sentir el roce de unos labios tocando los tuyos.
el sonido del control de la TV al tocar el piso hizo que pegáramos un pequeño salto y así separándonos.
–rayos, que oportuno de tu parte– dijo Aidan mirando al control remoto
me reí fuerte por eso.
–ey, no te rías, interrumpió mi momento– los nervios que antes tenia regresaron
me puse tan roja como un tomate y no dije nada más, toda la habitación estaba en un inmenso silencio incómodo. Le di varias vueltas en mi cabeza, ¿por qué razón me beso? no lo se, pero sabia que ambos estábamos reprimiendo nuestros sentimientos del uno por el otro.
recordé lo que Michael había dicho hace tiempo y era verdad, podría ser que viera de otra forma sentimental a Aidan, pero aún estaba confundida sobre todo esto, es verdad que ese beso me ayudo a aclarar algunas cosas, pero me dejo mas confundida que en matemáticas.
ahora sobre pensaría aún mas las cosas.
[...]
–¿te gustan las gomitas de pingüinos?
intente hacer que el momento incomodo se fuera, pero al momento en el que termine de decir eso reí hasta que el estomago me dolió.
–si, si me gustan, pero me gustan mas tiras de gomitas de colores– respondió aun riendo
–a mi tam– antes de completar la frase alguien hizo que a puerta se abriera y ambos dejamos de reír inmediatamente
Barb llego demasiado apresurada, al estar en la puerta recupero un poco el aire y después nos miro ambos.
–¿pasa algo malo...?– pregunte al ver su lista de donadores en su mano derecha
al parecer no sabia que decir pero estaba bastante apurada, se notaba que llevaba prisa así que ambos nos sacamos un poco de contexto cuando no dijo nada mas.
–tenemos que prepararte Aidan, vamos!– nos miramos extrañados
no entendíamos que era lo que eso significaba pero daba miedo saber que alguno de los dos podría tener donante y el otro no, de alguna manera ambos necesitábamos ese transplante de pulmones para poder seguir aquí por más tiempo.
sinceramente se como funciona esto, los donantes que pueden salvarle la vida a otra persona solo podía ser correspondido si estaba en la lista de espera en orden alfabético por sus apellidos de el paciente. Se que se lo darían a Aidan primero, eso estaba bien, al menos el se podía salvar y cumplir todas sus metas que tenia por delante, en cambio yo...yo no puedo, no me creo capaz de resistir algo así.
durante todos estos años eh estado en demasiados tratamientos que hacen que mi rendimiento sea menor al de cualquier otra persona, lo intente demasiado, que fue mucho más el esfuerzo que puse en tratar de estar bien que no media lo que me esperaría después. Al menos tenia que despedirme de el, eso era lo que mas dolía...
sabia que no iba a poder despedirme de Aidan, además, tampoco sabia como hacerlo, era demasiado complicado despedirme después de lo unidos que nos habíamos hecho durante este tiempo.
Aidan se negaba a ir con Barb.
–OYE!– alcé tan fuerte la voz que todos a mi alrededor me miraron
era imposible ser fuerte en este momento, sin embargo, por el seguiría siendo fuerte.
–tienes que ir Aidan, necesitas estar bien, ¿recuerdas cuando decías que querías salir de este jodido hospital?– el negaba con la cabeza
–ahora podrás hacerlo, estarás mejor y podrás hacer todo lo que me contaste aquel día
sus lagrimas caían por sus mejillas, este las limpiaba rápidamente.
–deja de decir eso t/n! no quiero nada, solo quiero estar contigo, ¿es mucho pedir eso?– agache la cabeza
—
Hable un poco más con Aidan, a solas, donde nadie nos escuchaba, esto ayudó a darle confianza y tranquilidad, pues estaba un poco alterado y no quería eso.
Cuando menos me di cuenta el parecía haber reflexionado, o al menos, eso era lo que parecía, era extraño que pasara de la nada pero necesitaba que el fuera a donde Barb le indicaría.
–bien, iré contigo Barb, pero dame unos cuantos minutos para... – Aidan miro a Barb y esta asintió con la cabeza
No entendía a lo que se refería, estaba confundida por eso. Sabía que fuera lo que fuera no era algo bueno.
[...]
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Mɪ ʟɪᴛᴛʟᴇ sᴛᴀʀ [𝙏𝙀𝙍𝙈𝙄𝙉𝘼𝘿𝘼] [✓]
Teen FictionDespués de un tiempo lo entendí, las personas aveces solo vienen a enseñarte algo, no se quedarán para siempre. Saber eso es lo que más duele. Entonces escribí 7 cartas, cartas las cuales expresaban todo aquello que no podía decir, incluso todo lo q...