𝟎𝟕. De amor y otras emociones

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❝De amor y otras emociones❞

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De amor y otras emociones

Laia había tratado de mantener todo el control posible cuando Aidan con la carita más tierna que le había visto preguntaba sobre aquel hombre que no recordaba ni sabía el parentesco que los unía.

En el momento que se habían separado de su padre, Aidan y ella no eran más que unos niños, sus hermanas pasaban de los diez años y conocían a la perfección al hombre e incluso Laia lograba recordar algunas cosas, pero Aidan no, por ello, habían aprovechado la oportunidad perfecta para construir la mentira: Aidan creía fielmente que su padre había muerto.

Pero ahora la mentira ya no podía prolongarse más y Laia no podía evitar sentirse culpable.

Pronto la puerta principal se abrió interrumpiendo la sesión incómoda de preguntas y respuestas trayendo las voces de su madre y Charlie entre risas y ese característico ambiente de sentirse en casa.

Los adultos ingresaron a la sala aún absortos en su propia conversación y mientras se quitaban los abrigos Lis notó a los chicos. Dispuesta saludar con su energía característica, las expresiones de los adolescentes la hicieron parar.

—¿Están bien? ¿Por qué las caras largas?

—Mamá, ¿por qué te llegó una notificación de...?

Laia lo interrumpió de inmediato.

—Bien, todo bien. ¿Cómo les fue?

Aidan conocía de sobra esa actitud evasiva de su hermana que sólo podía significar una cosa.

Mentiras.

—La búsqueda por las muertes de los excursionistas en la zona se detuvo por la tormenta así que fue un turno tranquilo —comentó Charlie.

—Bueno, fui a Seattle para arreglar unos asuntos. Charlie y yo les tenemos noticias, les diremos en la cena.

Aidan interrumpió deliberadamente sin importarle hacer una escena.

—Mamá, ¿Quién es Nicolás de León?

El cambio en el rostro de Lis fue veloz.

—¿P-por qué me estás preguntando eso, mi amor?

—Aidan —Laia trato de contenerlo.

—Quiero saber quién es y por qué Laia y tú se ponen así cuando les pregunto.

Lis busco con insistencia la mirada de su hija, ésta tenía el terror plasmado en el rostro, pronto trato de darle una disculpa, pero la mujer no quiso seguir mirándola por la vergüenza que sentía sobre sí.

Charlie, que conocía la turbulenta historia del ex-esposo de su mujer tomó el mando de la conversación.

—Oigan, ¿para qué esperar hasta la cena? Lis, que sepan de una vez los muchachos la noticia.

BEFORE THE DAWN⎯  Caius Volturi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora