Lena y Julia se encontraron en el comedor para saborear el magnífico desayuno bufé que ofrecía el hotel.
Ambas habían dormido poco, sumidas en sus pensamientos.
Julia había luchado consigo misma durante horas, para no levantarse y llamar a la puerta de Lena, a veces en suplicarle que le dejara pasar la noche con ella, a veces diciéndose
que lo mejor era abalanzarse sobre ella apenas abriera la puerta y besarla hasta que no
pudiera resistirse.Sabía que Lena la deseaba tanto como élla , lo había leído en sus ojos cuando se dieron las buenas noches; pero luego volvía a pensar con la cabeza
y no con los genitales y decidía quedarse donde estaba.Ella había entendido perfectamente sus insinuaciones y las había rechazado, y no era en absoluto buena idea forzar la situación ahora que iban a dar un paso tan importante como compartir la propiedad de la revista.
Se iban a atar la una a la otra y no quería asustarla, mezclando sentimientos con trabajo. Porque élla tenía sentimientos respecto a Lena, no era solo sexo o atracción lo que le inspiraba.
Tenía treinta y seis años, y estaba cansada de amigas con derecho a roce. Cada vez le apetecía más disfrutar de lo que tenían su hermano y Katya, y cuando pensaba en ello era a Lena Katina a quien veía
a su lado.Con su melena pelirroja suelta sobre los hombros, sus pies descalzos y su lengua mordaz que le excitaba con solo pronunciar una frase… cualquier frase.
Esperaría. Debía esperar si quería tenerla. Se resignó a calmar su erección a solas de
nuevo, con el agravante de que ella estaba a pocos metros de distancia.Lena, por su parte, tendida en la cama miraba al techo tratando de analizar sus
sentimientos. Estaba muy confusa. Cuando leyó los documentos de la compra
conjunta de Blisoko y supo que Julia estaba allí, al alcance de su mano y no en Moscu, sintió el impulso de buscarla y abrazarla para darle las gracias, pero no por darle la oportunidad de compartir la propiedad, no por ponerle Blisoko en las manos, sino por no haberla defraudado, ni traicionado como había pensado en el primer momento.Por seguir siendo la mujer que ella había empezado a apreciar, además de desear. Y eso era algo con lo que tenía que lidiar a diario, su deseo por
Julia Volkova. Había estado a punto de ceder cuando élla insistió en firmar el documento
de compra ante la puerta de su habitación.No estaban hablando del documento y ambas lo sabían. Hubiera sido fantástico pasar la noche con Julia, hacía mucho que no dormía con una persona a su lado, años; porque las últimas veces que había tenido sexo se había marchado a continuación, incluida la noche que lo había hecho con ella en el despacho.
Sí, deseaba hacer el amor con élla hasta el agotamiento y luego dormirse sobre aquellos pechos y cuerpo atlético. Y despertar cuando el cuerpo
hubiera decidido que había descansado lo suficiente, con esa debilidad que proporciona una buena noche de sexo y que no había disfrutado desde hacía mucho.Y premiarse con un buen y generoso desayuno para reponer fuerzas.... Pero no era buena idea hacer eso con Julia Volkova, porque quizás la llevaría a desear más cosas. Cosas que una persona como élla no podía darle.
Era cierto que Julia no era como había pensado cuando la conoció, que era una mujer
inteligente y trabajadora, íntegra y de fiar… Pero una cosa seguía siendo cierta: era una mujeriega que iba de cama en cama, de mujer en mujer, y aunque hubiera cortado
con Tanya, eso no significaba que no tuviera a otra u otras en su vida.Sexo, aunque sexo genial, era lo único que Julia Volkova podía ofrecerle, y aunque de momento era lo único que deseaba de élla, no estaba segura de que en el futuro siguiera siendo así.
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"Высоко : Amor, Periodismo & Peleas"
ChickLitBuenos días!! Les traigo un nuevo FF para su lectura, quizás algunos de ustedes ya lo leyeron, pero bueno, a quien no le gusta leer un buen FF para entretenerse un rato?? Se estará publicando los siguientes capitulos.... Espero y sea de su agrado...