Gomitas

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-Hey, vasta ¡Para ya!-gritaba Monick.

-Nopee-canturreó Nico.

-¿Es necesario tirarme gomitas de ositos? ¿No es suficiente estar en un agujero?

-No. Es más, dentro de un rato traeré caramelos sólidos-dijo sonriente.

-¡No te atreverías!

-O si...

-¡No!

-¿Quién está en el agujero? ¿Yo? Ahora cállate y déjate arrojar gomitas.

Monick bufó y cruzó sus brazos para pegarlos a su panza. Hace veinte minutos que el hijo de Hades la molestaba con gomitas de colores.

Todo sucedió porque ella y él estaban charlando en la sala de entrenamiento y ella le preguntó cuántas gomitas puede comer. Sin saberlo apostaron una caja de gomitas a quien ganara una lucha y Nico salió triunfante.

Pero eso no fue todo, a Nico se le ocurrió que sería divertido hacer un agujero en la tierra justo debajo de ella para atraparla.

La enterró y la dejó sola por unos momentos hasta llegar con una bolsa de gomitas de colores y después de hacer caso omiso a los gritos de ella comenzó a tirarle gomitas.

Así que ahora estaban discutiendo porque Nico no la quería sacar de ahí.

-¡Déjame salir, pedazo de sombra sin color!

-Uh, eso no es un buen insulto-rió sombritas.

-Entonces, ¡sácame de aquí o te prometo que te estrangularé el cuello!-gritó enojada.

-Uh...no me convences.

-¡Nico!

El chico sonrió inocente y ella lo fulminó con la mirada.

-Para ser hija de Ares, tienes que entrenarte mejor-opinó meditabundo.

-¿Ah sí? Entonces ven para acá y te enseñaré ser un digno hijo del dios de la guerra.

-Ummm...no gracias-respondió divertido.

-¡Auch!-gritó después de un rato.

Algo duro le tiró en la cabeza, lo recogió y era un caramelo dulce.

-Te lo advertí-dijo Nico burlón.

Monick no distinguía bien la figura de Nico porque el agujero le prohibía la luz. Agarró un puñado de gomitas y se las tiró, errándole por dos metros de diferencia.

-Buen intento Monick pero necesito algo a cambio de que salgas.

-¿Algo a cambio? ¿Que ya no fue suficiente con acorralarme en tus agujeros y tirarme cosas dulces?

-Nope.

-Nico...-dijo ella después de un rato de lluvia de caramelos.

-¿Sí?

-Voy a subir y voy a darte...

-¿Un beso?-interrumpió Nico burlón.-Sé que me quieres pero no gracias, estoy apartado.

Ambos rieron y a ella se le ocurrió una idea.

-Qué lástima, yo iba a darte uno a cambio de que me liberes de tu propia prisión.

Nico quedó estupefacto.

-¿En serio?

-Sí...

El silencio incomodó a ambos pero ellos sabían lo que ocurriría después.

De todos modos, se gustaban entre sí y fingían ser amigos para pasar el tiempo juntos pero nunca se dijeron nada sobre el amor.

Monick escuchó un ruido sordo a su lado y sintió que alguien tomaba su cara entre sus manos. Ella se tensó pero al saber lo que ocurriría se acercó más a él, y Nico a ella.

Se besaron y después de un rato él la liberó del agujero sin decirle alguna palabra.

Nico y Monick se observaron por última vez y ella dijo:

-Sabes que lo nuestro es prohibido, nuestros padres se odian y lo único que causaremos será guerra y sabes que en eso somos buenos.

Nico la miró triste y le dio un beso de despedida, abrazándola por la cintura.

-Será mejor no contarle esto a nadie-le susurró en el oído.

El hijo de Hades finalmente besó la frente de Monick y desapareció entre las sombras, dejando a la chica sola rodeada de gomitas y caramelos sólidos.

-Te extrañaré siempre, Nico-murmuró triste la hija de Ares.

Se fue de la sala de entrenamiento y la Señorita O'Leary comió las gomitas.

Y en el campamento corrió la noticia que Nico Di Angelo se había ido.

Cambio y fuera.

One-shoots Nico Di AngeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora