Una carta

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Para ti,

Hola, esto es lo último que te escribiré en mi vida. Sé que te resulta algo sorprendente pero sabes que me cuesta mucho, más decírtelo.

Te amo y no sé de qué otra forma expresarlo. Lo he demostrado en frente de los otros semidioses, cuando lloraste y te acurrucaste a mi lado. No sé si lo nuestro durará pero si el amor se acaba, no me arrepentiré de ello. Te quiero, como nada y todo a la misma vez. Eres suficiente para mí y sé que soy una gran parte importante de tu vida, nunca me lo dijiste pero lo sé.

De todos modos no vengo a decirte cuánto te amo, pero sí para relatarte lo último que necesito decirte, el apogeo de mis experiencias.

Sabes de antemano que yo luché, sufrí y dañé. He estado en situaciones que las tres combinadas crearon una gran catástrofe. Fui de ayuda en muchas ocasiones aunque nadie se dignara a reconocerlo. En muchos momentos sufría de pánico y de dolor, sin embargo nadie acudió a mi puerta.

Me había encerrado en mi propio laberinto, sin saber qué hacer con mi vida. Muchas veces atenté a ella pero de qué servía, si estaría con los muertos de todas formas, vería con vaguesa por la eternidad a mi padre y bueno, digamos que no lo aprecio mucho. Prefiero estar ahora todo el tiempo que pueda vivo y disfrutar de los minúsculos momentos de felicidad. Sí, minúsculos, porque uno no puede ser pachanga y alegría siempre. En ese caso hay personas como Leo, sirven  para esas cosas.

Aunque no le hago justicia al pobre, él sufre, pero no tanto como yo.

Te besaría si pudiera pero estás tan lejos de mí y viceversa que sólo hay tiempo para palabras, tal vez te lleguen o no. Ojalá que sí. Es más, si mi amor se pudiera proclamar por los cielos y la tierra aceptaría sin dudar.

¿Sigues teniendo dudas de que te amo?

¿Recuerdas cuando nos conocimos por primera vez? Fue genial, pocas veces me había divertido así y esas pocas veces siempre te involucraron. A veces pienso que decir tu nombre es delatar parte de mi identidad, que el viento se robe tus palabras. Entonces no lo digo y prefiero tutearte hasta la eternidad. Los nombres son poderosos, especialmente el tuyo.

Mi amor (sé que eso decir “amor” está pasado de moda pero bueno, acéptalo), he vivido tanto como una vida entera mortal. Es posible, tú ya lo sabes.

Pero volviendo al tema, me di cuenta que no estaba lleno hasta que apareciste finalmente, hasta que me insuflaste vida.

En una línea cronológica pondría: El antes y después de haberte conocido. Y listo, así se resume mi vida. Conseguiste lo que nadie había podido hacer.

Cuando murió mi madre y Bianca yo era un tiro al aire, sin rumbo ni destino. Nada me guiaba, salvo los sentimientos de repulsión hacia cualquiera. Sentí que mi mundo se desbarataba y todo lo que tenía construido se derrumbaba de la nada. Si ella se hubiera unido a las cazadoras, bueno…tal vez seguiría viva.

Continué sin rumbo hasta que conocí el campamento romano, encontré a Hazel, mi media hermana y supe que por lo menos tenía algo de familia, alguien a quien cuidar y proteger.

Ahora también te tengo a ti.

Conocí a muchos, entre ellos detesté, quise, aborrecí y admiré. Pero no todo se puede en la vida y no entendí mi propósito hasta que un día nublado, lloviendo, encontré lo que parecía una pista de el inicio de mi vida.

Verte me insufló vida.

También.

Me queda poco tiempo y si no entiendes algo es por la lluvia que moja el papel, estoy agotado hasta más no poder. No creo que pueda seguir manteniéndome en pie, no por mucho más tiempo.

Tal vez así termine mi vida: Semidios joven muere decapitado, o semidios hijo de Hades muere aplastado. ¿Sabes qué? Me encantaría tener tanta fuerza para poder eliminar a todos con un simple chasquido de mi mano, sólo eso.

Ser feliz, por favor.

Podría morir y nunca más sería recordado, nunca fui a una misión, siempre quedé al margen. Mi vida se compone de siempre ir por el borde, ¡como si eso fuera lindo! Ver a tus compañeros morir y vos SEMIDIOS DE LA MUERTE (teóricamente) no puedes hacer nada para ayudarlos, algo, una cachetada por lo menos, un electroshock para revivir.

No, sólo levanto esqueletos, nada del otro mundo.

Seguro pensarás: mi novio está loco. Pues sí, mejor confórmate porque algún día serás mi cónyuge y no quiero reclamos si nuestros hijos son tan sarcásticos como yo, o salen pálidos y utilizan diariamente ropa negra.

Así que supongo que eso es todo por ahora. Ya mencioné que será mi última carta así que te diré dos palabras:

Te extraño.

Y siempre lo haré, aunque estés conmigo pensaré en algún día cuando no te vuelva a ver, será desastroso para mí, como ahora.

Así que bueno, te amo, te extraño, te quiero,  quiero que vivamos felices juntos, quiero tener varios hijos y criarlos bien, no como mi padre hizo alguna vez, y que haya paz.

Qué mentira.

Seguro moriré antes, o tú morirás. Nuestros sueños no se realizarán y los recuerdos al tacho, sin poder haber sido empezados o empleados.

Te deseo lo mejor y si estás al tope de mi incoherencia termina conmigo, ya no quiero dañar a más personas, ya no quiero vivir en falsedad. Vete con otra persona y realiza lo que no pudimos hacer nosotros.

Sueno demasiado cursi pero es la cruda realidad. Como dije, tal vez lo nuestro no funcione y bueno. Te quiero, aunque tal vez no me quieras. Te amo, aunque no sientas lo mismo.

Hasta nunca.

Cambio y fuera.

                                               Nico Di Angelo.

One-shoots Nico Di AngeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora