Había tenido un buen día dentro de todo, la comida no parecía porquería andante y la señorita O'Leary se había dignado a no chuparme el pelo. Nadie me molestó con absurdas preguntas sobre la guerra contra Gea (especialmente los novatos) o cualquier otra pregunta. Descansé lo que quise en mi cabaña y destrocé siete muñecos de entrenamiento. En fin, un día bueno.
Pero después de levantarme de mi siesta matutina, sentí que debía ver a mi padre, el dios del Inframundo, aunque las ganas me faltaban (como si mi energía se disolviera o drenara apenas escuchar su nombre). También justificaciones para no verlo abundaban, sin embargo sabía que era importante verlo.
Viajé por las sombras hacia la entrada del Inframundo, casi me desmayo pero logré contenerme entre dos árboles, saludé desganado a algunos guardianes y entré a la casa de Hades rodeado de esqueletos. Los huesos andantes no me molestaban en absoluto, lo contrario a algunas personas.
El secretario de mi padre lucía nervioso y trató de que no entrara.
-Mi señor, debería visitarlo otro día, no está en sus buenos momentos.
-¿Y cuándo son esos buenos momentos? Yo no conocí ninguno-le contesté irritado.
Nadie me diría qué hacer.
Entré en la sala del trono y quedé atónito al contemplar una figura humana encorvada, rodeando un cuadro entre sus manos, de expresión mísera y depresiva. Sollozaba, oculto entre sus andrajos de ropa negra con esqueletos y escenas cambiantes, sus ojos lucían cansados y cargados por más eras de las que tenía.
Carraspeé y Hades me miró melancólico.
-Nico...-susurró.
-Padre-respondí indiferente.
-¿Qué haces aquí?-dijo, apenas se escuchaba lo que decía. Tuve que adelantarme para oírlo mejor.
-Emm...decidí visitarte...de pasada-contesté.
Él extendió sus brazos, posando el recuadro entre sus ropas hizo ademán para que yo fuera hacia él, instintivamente me acerqué sin saberlo. Nunca mi padre había hecho eso.
Quedé en frente y encontré que sus ojos estaban vacíos, sin vida ni emoción. Me hizo sentar en su regazo y sorprendentemente me abrasó. Estaba tenso al principio pero después aflojé.
Esto era lo más extraño que sucedió en mi vida.
-Nico...te pareces mucho a ella...
-¿Qué?
-Tu madre-dejó que las palabras se difuminaran en el aire, dejando un vacío de dolor y carencia de voluntad.
Mi madre...
De repente la sala se tornó más oscura y dolorosa.
-Nico...la extraño tanto...mucho-comenzó a sollozar de nuevo y yo también. Todos estos años y mi padre nunca me había querido confesar sus sentimientos.
-¿La extrañas?-me preguntó meditabundo después de un rato.
-Sí, tanto como a Bianca-contesté nervioso.
-Sí...
Hades liberó una de sus manos del abraso y mandó a su secretario que traiga una determinada caja. Pude observar el miedo en sus ojos, caminó rápido y si tuviera realmente emociones, podría decir que estaba estupefacto.
Regresó con algunos esqueletos y trajeron una gran caja de madera adornada de oro y gemas. En el medio de la gran caja estaba grabado un nombre...María Di Angelo.
Salté del regazo de mi padre y me acerqué rápidamente, toqué su superficie: fría y sólida. Dirigí mi vista hacia Hades y estaba lleno de dolor y remordimiento.
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One-shoots Nico Di Angelo
FanficSon varios one-shots de Nico Di Angelo, todos diferentes, todos especiales. :# Cambio y Fuera.