LUZ, CÁMARA, ACCIÓN

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Holaaassss

jajaja, ¿Pensaron que los dejaría sin EXTRAS?

Pos no tío.

Gracias por todo, en cerio. No suelo escribir comentarios míos pero gracias por leer tal vez todos o la mayoría o la minoría de los one-shots.

:#

Love u.

G.

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Era un día común en el mundo, común para los mortales-por supuesto- y para los dioses, mas no para los semidioses que salvaron la tierra.

No, sus días eran unos más extraños que otros. Sus vidas dependían de profecías o...bueno...actuación.

¿No?

-¡Oh! Romeo, Romeo. ¿Dónde estás, que no te veo?-suspiró Calipso con un traje de la edad media.

-Mi amor, ¡aquí estoy!-dramatizó Leo colocando su mano en su corazón.

-¡Mi amor!

-¡Querida Dorothea!-dijo Leo melancólico.

-¡¿¡¿QUÉ?!?!-gritó Nico enfadado a través de un megáfono.-¡¡No me cambien la letra!! Por favor...pasemos a la siguiente escena. ¡Ya!

Leo y Calipso corrieron por el escenario cambiante. Los esqueletos cambiaban la escena a un castillo blanco y resplandeciente, pulcro hasta la última baldosa, esos muertos sabían su trabajo.

Annabeth se colocó en el principio del pasillo y a la señal de Nico comenzó a correr. Tenía un vestido celeste, su pelo estaba recogido en un moño azul, preciosa a los ojos de cualquiera. Corrió por las escaleras pero en un momento uno de sus zapatitos de cristal se salió de su pie.

Percy apareció detrás todo vestido de príncipe. Realmente estaba guapo, Annabeth procuraba no voltear hacia él.

Él la siguió y tomó el zapatito de cristal entre sus manos y observó a Cenicienta irse.

-¡Se te cayó el zapato! ¡Ven!-gritó desesperanzado.

Nico sonreía detrás de escena.

-¡Debo irme, mi señor!-contestó ella subiéndose al carruaje.

-¡Deténganla!-gritó él a los guardias.

Blackjack y su compañero comenzaron a volar mientras Annabeth imitaba muy bien su papel. Todo salía bien hasta que un extra corrió en la dirección contraria.

-No, ¡No!, NO-gritó Di Angelo frustrado.- ¡¡Siguiente escena!!

-¡Pues no soy su tipo!-respondió Percy enojado.

El hijo de Hades pasó su mano por la frente un poco sonrojado y esperó a que los esqueletos cambiaran el escenario. Esto lo deprimía, ellos no actuaban como correspondía.

Jason apareció con cabello rubio largo y un gran martillo de metal mientras que Piper estaba vestida toda de negro y su cabello teñido de rojo. Leo tenía un traje de metal, Solace vestía de negro y usaba un arco del mismo color, más dañino que los que usaba en el campamento. Frank, teñido de verde, lucía horrendo y después estaba uno de los Stoll vestido con un traje azul y rojo y un escudo impresionante.

Hazel apareció de repente junto a un Dionisio todo reconfigurado. Su cabello era largo y blanco, vestía como Hazel y tenía una mirada diferente. Él amaba el cine. Su hermana lucía genial.

Nico suspiró y los esqueletos se retiraron después de retocar el maquillaje de Frank.

-¡Acción!-dijo él sentándose en su silla.

Comenzaron a pelear junto a sus esqueletos disfrazados. Estaba genial la toma, unos segundos más y podrían terminar la escena. Hazel simulaba controlar las cosas con poderes rojos que salían de sus manos. A los lejos, Nico divisó unas cuantas piedras preciosas. Frank demolía a sus esqueletos, por un momento, el pelinegro sintió lástima por ellos.

La pelea estuvo increíble, ahora sólo faltaba él. Se vistió con una armadura fuerte y resistente junto a una capa y recubrió su rostro como Leo, de un casco extravagante. Caminó por detrás de la escena y apareció volando por los aires, Zeus ayudaba.

Eliminó a los esqueletos disfrazados rápidamente, dijo sus líneas y protegió a los demás. Realmente le hubiera gustado sólo ver del exterior pero justo faltaba un actor para ese personaje y bueno... Nico quería lucirse un poco.

Terminó la batalla y su codirector terminó la escena. Todos respiraron agitados pero estaban felices. La quinta toma era la vencida.

Di Angelo se quitó el traje y volvió a su ropa normal, se sentó en su silla y comenzó a hablar con el codirector.

Sus amigos se cambiaron y los esqueletos desmantelaron la escena.

Caminó hacia la entrada del estudio y observó que en poco tiempo se haría de noche. Estuvieron muchísimas horas dentro. Nico bufó por millonésima vez y salió del lugar. Su codirector se encargaría del resto.

Sus pies lo guiaron hacia el comedor. Allí pidió una hamburguesa y papas fritas. Las papas se las daría a la Señorita O'Leary después.

Alguien se sentó a su lado, era Hazel, obvio. Sin embargo esa fragancia no la usaba cualquiera. Volteó y abrasó a la chica sentada a su lado. Ella era su musa, su inspiración, la que le permitía vivir un día más.

Ella rió y enterró su cara en el cuello de Nico, él amaba eso.

-¿Cómo estás?

-Bien, supongo. No te vi por un laargo rato-dijo ella divertida.

-Sí, pero deberías visitarnos de vez en cuando.

Ella negó con la cabeza.

-Ya es suficientes distrayéndote por acá, es tu lugar.

Nico sonrió de lado y ella se fue sonriente. Amaba ese chico y él la amaba a ella.

Y al hijo de Hades se le ocurrió otra historia.

-¡Acción!

Cambio y fuera.

One-shoots Nico Di AngeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora