One-shoots Nico Di Angelo

Torcido

Tomó su mochila y salió corriendo a la escuela. No llegaría tarde hoy, sería demasiado vergonzoso otro reto del director de la escuela.

Trató de calmar su respiración a medida que avanzaba de a dos escalones las interminables escaleras de caracol. Algo extraño de la escuela, era siniestra su estructura.

Llegó a la puerta de su aula y sin esperar a que le permitieran pasar, entró y se dio cuenta que no estaban sus compañeros.

Oh, oh.

No no no no no no.

Cecilia se frotó las manos contra la cara y gritó de frustración. Debió acordarse, debió saberlo.

Se fueron sin mí al campamento del año.

Caminó hacia el banco del profesor y de allí sacó una pequeña caja que contenía algunas pertenencias suyas. Sacó un libro del fondo y se sentó lo más lejos posible de la puerta. No podría regresar a casa hasta antes de las tres, o sino sus papás la retarían y no quería eso. Además, ella debería estar en el campamento, así que ahora tendría que estar en otro lugar menos en su casa por cinco días.

Colocó sus pies arriba de un banco ya después de respirar normalmente. Apoyó su espalda en el respaldo de la silla y abrió el libro.

Oh, hermoso libro.

Suspiró de satisfacción y comenzó a leer "Percy Jackson y los Dioses del Olimpo".

Amaba esa saga. Todo en ella la impresionaba, sus momentos dramáticos, la comida azul, el Empire State, los conglomerados de gente, los semidioses y ...alguien especial para ella...Nico di Angelo.

Internamente se enamoró del personaje desde la primera leída. Su vida ahora dependía de lo que transcurriera en el libro. Si le pasaba algo a Nico estaba todo el día depresiva leyendo para salir de esa sensación, si soñaba momentos lindos con él era la persona más feliz del mundo.

Por lo tanto era seguro que terminaría el libro en unas pocas horas, así que tendría que esperar de a ratos para no aburrirse los otros cuatro días.

Cuando terminó de leer un capítulo, de repente la puerta se abre, haciendo pasar a un hombre vestido todo de negro, capucha azul y por lo que pudo distinguir, tenía ojos dorados. Su respiración paró al instante, el hombre barrió con su vista toda la habitación y no notó la presencia de Cecilia.

¿Acaso soy invisible?

El hombre había pasado sus ojos por los de ella, sin embargo no la vio.

Esto es extraño.

Permaneció muda mientras veía al hombre acercarse a donde estaba, las manos comenzaron a temblarle a cada paso y una gota de sudor surcó su cara.

El timbre sonó y el hombre quedó tildado por un momento. A continuación corrió para ocultarse justo atrás del todo a su izquierda. Cecilia pudo sentir la respiración del hombre...no...un chico de su edad.

Observó sus ojos cambiar de color a un violeta intenso, y él se acercó más a ella sin verla todavía.

Un profesor entró al aula y encendió la luz dejando en descubierto a la chica.

-¿Qué hace aquí Johnson?-preguntó el profesor de astronomía.

-Ehmm...leyendo...-dijo apartando su vista del intruso.

-Ah, ¡qué bueno! Déjeme ver-respondió entusiasmado.

Cecilia volteó a ver si estaba el chico pero lo único que vio fue piso y silla.