Parte 17

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Aturdido, adolorido y cansado hasta los huesos, Draco rodó sobre su espalda y estiró su brazo hacia la almohada detrás de él.

Un pedacito de papel crujió debajo de su mano.

¿Qué demonios?

El brillo del sol matutino se filtró por las cortinas del hotel de Harry e iluminó la habitación. Parpadeando para aclarar su visión, Draco luchó para enfocarse en las palabras garabateadas en la hoja.

"Tuve que irme antes. Te veías exhausto. No quise despertarte. Te contactaré cuando llegue a L.A."

Draco se sentó en la cama de golpe, el pulso palpitaba en su cuello. Ahora que podía enfocarse mejor, pudo esbozar la pequeña sonrisa satisfecha que le siguió al te veías exhausto. Un bufido se escapó de los labios de Draco.

Harry había estado con él toda la noche, lo dejaba jadeando, corriéndose con fuerza o cayendo exhausto directamente al mundo de los sueños. Probablemente porque sabía que Draco empezaría a discutir de nuevo si es que reducía la marcha un momento, porque...

El cáncer había regresado.

Joder.

Peor aún, le había entregado esas noticias con un tono horriblemente calmado.

—Maldición...

Esto era lo que había estado sintiendo en Harry todo el tiempo, la desesperación debajo de la energía frenética.

El cáncer había regresado y Harry había aceptado el tan llamado "destino" y vino a disculparse antes de que ya no tuviera la oportunidad. La lista de deseos que supuestamente había sido compilada para celebrar el aniversario de su remisión, no era eso en realidad.

Había sido compilada como un último "hurra".

Draco arrugó el papel en su mano.

Hijodeputa.

¿Cómo podía haberse perdido la verdad? ¿Por qué siempre era tan estúpido?

¿Harry se había rendido y había decidido que su última orden del día fuera que Draco también lo aceptara? Bueno, definitivamente no. No iba a quedarse sentado y dejarlo ir sin pelear.

No esta vez.

No de nuevo.

La sacudida nauseabunda en su estómago y el doloroso tirón en su corazón lo golpearon al mismo tiempo, y cubrió sus ojos con una mano y le ordenó a su cuerpo que cooperara. Sólo porque Harry hubiese abandonado la ciudad no quería decir que Draco no lo perseguiría y finalizaría su discusión.

Draco tiró a un lado los cobertores y se dirigió al baño. Se metió en la ducha, y cuando alcanzó el jabón, sus dedos se estremecieron. Apretando la cerradura de todas las emociones que amenazaban con escapar, su mano se cerró en un puño.

Enfócate. Sólo... enfócate.

¿Planes? Ir a la casa de Noah, pararía ahí a buscar una camiseta limpia, porque la que tenía ahora olía a sexo. Y necesitaba la sensación de frescura y limpieza. Necesitaba confianza y control. Era mucho más fácil mantener su juego de expresiones profesionales cuando lo examinaba por partes. Después de eso, tenía que averiguar la ubicación exacta de su trabajo en Gales. ¿Y la única persona que sabía todo sobre el itinerario de Harry antes que el hombre en sí mismo?

Ginevra...

Quince minutos después, apareció en el piso de Noah y Draco escapó por el pasillo. Cuando abrió la puerta del apartamento y entró, casi se estrelló contra Dylan.

CRÓNICA DE NOVIOS: el regreso de mi ex...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora