Parte 18

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El largo tramo de la playa terminaba en un nicho rocoso en donde Harry estaba parado y cubría sus ojos de la centelleante luz solar sobre el agua azul. Aunque la brisa salada enfriaba su piel, la arena calentaba sus pies. El clima perfecto para una siesta después de terminar su trabajo y aun así sentía la urgencia de escalar el acantilado detrás de él, dos veces, incluso.

Desafortunadamente, también se sentía desgastado como quien sólo había pasado diez rondas con un cuerpo que seguía tratando de rendirse.

Ya había estado en la playa aproximadamente por cuatro horas, extrañaba muchísimo a Draco mientras trabajaba en purgar al hombre de la semiposesión del esposo muerto de su actual esposa. El equipo acababa de envolver las cosas y Harry estaba cambiando su capa por algo más fresco para la playa, cuando vislumbró a alguien yendo hacia él.

El cabello rubio y el andar determinado y familiar hicieron que el corazón de Harry palpitara con más fuerza.

Draco había venido.

Esta vez, él había venido.

El alivio no tenía ningún maldito sentido, y, al mismo tiempo, todo el sentido del mundo.

Hace diez años, Harry había sido el que se alejó y dejó a Draco detrás, así que, ¿por qué había esperado que el hombre lo persiguiera?

La expectación parecía totalmente injusta. Pero tal vez había esperado que Draco desenterrara el coraje para perseguirlo y gritarle por irse, y luego gritarle un poco más por asumir que no sería capaz de hacerle frente. Tal vez había esperado que Draco lo siguiera y probara que Harry Potter, un extraordinario estúpido, había hecho la elección equivocada.

Una parte de Harry había querido que Draco estuviera a su lado durante los detestables meses que le habían seguido.

Pero ahora estaba aquí, y eso era increíble, porque, Jesús, el pecho de Harry dolía. Se sintió dividido desde el momento en que abandonó a Draco, dormido en el hotel.

Desafortunadamente, Harry sabía que todavía no sería capaz de darle lo que quería.

No podía.

Cuando Draco estaba dentro del rango de audición, Harry gritó: —¿Cómo me encontraste?

—Hablé con Ginevra.

—¿En serio? —Esperó hasta que Draco estuvo a tres metros de distancia antes de alzar una ceja—. Me sorprende que compartiera la ubicación contigo.

Draco puso un alto frente a él, su expresión era ilegible. —Lo hizo después de que le expliqué el por qué.

Harry se le quedó mirando. —¿Le dijiste?

—Lo hice —dijo.

Una llama de preocupación trajo un ceño fruncido al rostro de Harry. — Maldición. No deberías haber hecho eso. —Se giró sobre sus tobillos y caminó hasta varios metros más allá, apoyando su mano contra la enorme roca que hoy había usado como apoyo. Ginny perdería la cabeza, eso era seguro—. Ella no debería estar sola...

—Le pedí a Noah que fuera a echarle un ojo.

La preocupación se esfumó un poco y Harry dijo —Bueno...

La rabia se evaporó lentamente de su postura. En este punto, molestarse por las cosas pequeñas sería una pérdida de energía sinsentido. Ya tenía suficiente en su plato.

—Tuvimos una excelente conversación —continuó Draco—. Me dijo que tenía que convencerte de cambiar de opinión con respecto a ver a un especialista. Y le dije que te haría una cita con un medimago y me aseguraría que no la cancelaras. —Hubo un breve silencio antes de que continuara—. Incluso si tenía que atarte y arrastrarte hasta allí.

CRÓNICA DE NOVIOS: el regreso de mi ex...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora