Verlo hacer eso con una sonrisa en su rostro hacía que una corriente recorriera mi cuerpo entero y el típico tono carmesí pintara mis mejillas por la vergüenza de cruzármelo aquí.
No estaba nerviosa solamente por su mirada si no por la sonrisa que cargaba al hacerlo ¡Mierda! Él era mi jefe y aún no comprendía por qué me observaba de la forma en como lo estaba haciendo, pero lo iba a averiguar.
Tomé el líquido del vaso de un solo tirón y sin pensarlo, me levanté de mi sitio para acercarme a la pista de baile, sabía que me seguía mirando. Podía sentir la fuerza de su mirada calentándome el cuerpo entero, quería y esperaba que no dejara de mirarme.
No iba a negar lo nerviosa que estaba con su presencia, pero no era nada comparado con lo caliente que me ponía. Ese hombre era fuego puro y si tendría que quemarme para saber por qué no despegaba su mirada de mí lo haría, me quemaría por él.
Tenía a un chico frente a mí, no había sido consiente en qué momento había aparecido, pero yo solo había comenzado a bailar y disfrutar. Bailábamos con los cuerpos muy pegados y en varios momentos nuestros rostros estuvieron a anda de juntarse. Llevaba ya más de 30 minutos bailando y desde que estaba junto a él no volví a ver a Noah.
comencé a mirar el lugar donde estuvo por última vez, pero en esta ya no estaba el, y aunque lo busqué con la mirada no lo encontraba. Parecía que lo que quería yo no sé iba a poder cumplir, no hasta que escuche su voz detrás mío.
-Supongo que a quien buscas es a mí ¿No? -apego su pecho a mi espalda
Lentamente voltee hasta encontrar mi mirada con la suya, sus bellos ojos celestes recorrían mi rostro sin volver a decir nada más. El hombre con el que bailaba hace unos segundos solo desapareció de mi vista al igual que el resto solo tenía mi atención en él.
-Señor Noah...
-Señor... -saboreo mis palabras -Me gusta que me digas así.
-No tengo otra forma como llamarlo
-Si la tienes, puede ser simplemente Noah
- ¿No es muy informal? Es mi jefe
-Eso es lo de menos
-Bueno... simplemente Noah -bromee causando que soltara una risa - ¿Que hace aquí?
-Debería preguntar lo mismo ¿Desde cuándo viene usted aquí? -cuestiono
-Jess me trajo, me dijo que es de usted, no sabía que era dueño de esto
-Lo soy, pero solo por pasatiempo
-Oh
- ¿Va a quedarse así? -susurro en mi oído
- ¿Disculpe?
-Hace unos momentos la vi moverse espléndidamente y ahora que está frente a mí no lo hace
- ¿Por qué tendría que hacerlo?
-Por el simple hecho que me gustaría sentir sus movimientos rosando mi cuerpo
-Esta consiente de que usted es mi jefe
- ¿Eso importa?
-No quiero problemas solo por pasarla bien
-No los tendrá, no mezclo mi vida privada con el trabajo
- ¿Por qué está tan seguro? En algún momento se mesclarán ambas cosas
-Si fuera así créeme que no hubieras si quiera llegado a la casa de Jessica
Sabía perfectamente a qué se refería, y esas simple palabras hicieron que por mi mente pasarán millones de imágenes que no debían ser correctas con el hombre frente a mí.
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El Trato Perfecto [#2]
Любовные романыLibro #2 de la Bilogía PERFECTOS Historia independiente "Yo soy fuerte, yo puedo" era lo que se repetía en la mente de Amelia Jones cada día, aquella chica que podía parecer normal pero bajo esa hermosa sonrisa escondía unas terribles marcas. Unas...