Capítulo 3.

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Y aquí comenzaba otra vez todo, salir del hospital tarde se estaba haciendo costumbre cada que venía, solo que esta vez tenía el auto de Jess conmigo, sabía que hoy había tardado más de lo normal y eso significaba un fuerte castigo de parte de mi padre.

Desde que le había mencionado a mi madre lo de mi jefe ella no había dejado el tema, Noah Smith se había vuelto un punto de conversación con mi madre y sinceramente no me molestaba en lo absoluto.

Recordar la sonrisa en el rostro de mi mamá hizo que me olvidara de que ya me encontraba en la puerta de mi casa, podía escuchar desde aquí afuera como mi padre gritaba y suponía que era por el partido o porque no había llegado para darle su comida.

Abrí la puerta entrando lentamente y cerrándola detrás de mí, sin esperar mi padre me sorprendió tomando con fuerza mi cabello, intenté no forzar más mi jaleo o sabía que sería peor.

- ¿Dónde te metiste? -preguntó enojado

-Fui a ver a mi madre -expliqué

- ¿Ahora te gastas el dinero solo en ella y no piensas en mí?

-Ella necesita de nosotros

-ME IMPORTA UNA MIERDA! -grito estampando su mano en mi mejilla

El tomo mi cabello con fuerza y me lanzó al suelo, mi padre se arrodillo frente a mi para luego sonreír cínicamente. Se volvió a parar, pero esta vez saco su cinturón y lo doblo, sabía que significaba, él había hecho esto muchas veces y aunque claramente podía ir a mi habitación y encerrarme sabía que eso lo pondría más furioso.

- ¿Sabes lo que me dijeron? -pregunto -Te vieron con un hombre

- ¿Que?

-Jorge paso justo frente a tu trabajo y te vio con un hombre

-Solo estábamos hablando

-No me mientas porque sabes que será peor ¿Quién era ese hombre? -cuestiono enojado

-Mi jefe, solo atendía su mesa nada más

-Y tenías que estar exactamente con él, que no hay más personas atendiendo el lugar

-Me tocó a mi hacerlo papá, no puedo negarme

-Claro que no te negaras si estás entejándote a ese hombre

-Claro que No

-Cállate

-Papá no es así

-QUE TE CALLES! -golpeó mi espalda con el cinturón -Sabes que siempre empeoras las cosas

-Lo siento

-No quiero verte cerca de ese tipo, si me entero de que uno de los dos se acerca al otro habrá consecuencias Amelia

-No me acercaré a él, lo prometo

-Eso espero, tome el dinero que tenías -le restó importancia

- ¿Que dinero?

-Encontré un poco en uno de tus cajones

-Papá ese dinero era para el hospital, no debías agarrarlo

-Eso no me importa, yo hago lo que quiera -hablo agachándose a mi altura y volviendo a tomar mi cabello - ¿Quién te crees que eres?

-Soy tu hija, la única que paga las cuentas de la casa, la única que trae dinero y a cambio recibe golpes de tu parte -explote de la rabia

-A mí no me vuelves a hablar así, entendiste -me volvió a lanzar al suelo

-Tengo que hacerlo, me mato trabajando para que tú te gastes el dinero en mierdas

El Trato Perfecto [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora