El Trato Perfecto [#2]

Extra 1: Especial 7K

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Amelia Jones.

-Te ves muy sexi con ese vestido -murmuro Noah

Esto me gustaba mucho, durante tanto tiempo mi esposo se había mantenido igual o más de cariñoso que el primer momento, Era increíble como el amor entre nosotros aumentaba mucho más con el paso del tiempo. Y claramente lo iba a hacer si llevábamos 12 años de un hermoso matrimonio, uno donde la familia fue creciendo de poco a poco.

-Siempre dices lo mismo -sonreí

-Y es la verdad

-Como me gustaría que fuera verdad, con los años el cuerpo cambia -admití

-De otras personas, tu sigues igual o más sexi que antes

-Siempre tan cursi -me acerque a él

-Contigo siempre -sonrió tomándome de la cintura

-Que bien te ves con ese traje, de tan sólo verte me dan ganas de...

-Mamá-interrumpió nuestro hijo

Sonreí aún me sorprendía que tuviera un hijo de 13 años, una hija de 12. Cada día que me ponía a pensar de todo lo que habíamos pasado un gran sentimiento crecía en mí.

Siempre me emocionaba el hecho de tener una gran confianza entre nosotros.

- ¿Que sucede? -cuestione

-Emma ha roto mi control de la Xbox

-Hijo por mucho que te amé hoy hemos dejado de ser tus padres -hablo Noah

- ¿Que?

-Hoy es nuestro aniversario así que saldremos

- ¿Y nosotros?

-Tus primos vendrán con ustedes

- ¿Jordán y Jaden? -cuestiono mi hijo emocionado

-Si

- ¡No puede ser! -se notó alegre -Ya regresaron, llevo un año sin verlos

-Lo sabemos, llegaron ayer así que vendrán hoy -hablé

- ¿Y Adeline?

-Puede que venga -hablo Noah

-Entonces se pueden ir a divertir tranquilos no hay apuro para que regresen

Después de decir eso el desapareció de la habitación mientras se escuchaba sus gritos hacia su hermana.

-A veces pienso que quiere más a los gemelos que a nosotros -comente

-Así parece, ¿Nos vamos? Se hace tarde

- ¿A dónde exactamente iremos? -cuestione

-Es sorpresa

-Pero yo quiero saberlo -rogué

-No se puede pequeña, debes tener paciencia

-Eso es lo que menos tengo en estos momentos

-Solo espera un poco, te va a encantar

Noah tenía una sonrisa en su rostro, aquella que reconocía a kilómetros una sonrisa coqueta que me trasmitir demasiado y me hacía sentir las mismas cosas desde la primera vez que estuvimos. Él se acercó lentamente a mi rodeando mi cintura con una de sus manos mientras la otra se colocaba en mi nuca atrayendo mi rostro al suyo y uniendo nuestros labios.

Era muy candente el beso, tenía la necesidad de sentir su cuerpo contra el mío sin la ropa interponiéndose, pero era consciente de que la puerta de nuestra habitación estaba abierta.