HONEY | Draco Malfoy

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POV: HONEY ILONA

—Sí, yo... Oh, aquí está nuestra parada,—de inmediato el ascensor se detuvo y las puertas se abrieron lentamente.—Oye, tal vez podamos ponernos al día más tarde para ese almuerzo, ¿sí?

—Oh, sí,—sonreí, sumergiendo la cabeza para ocultar el rubor carmesí en mi piel clara.

—Que tengas un buen día, Honey,—guiñó un ojo antes de caminar en la dirección opuesta en la que me dirigía. Respire mucho y salí del ascensor, ese hombre no tenía idea del efecto que tenía en mí y yo, la cebada incluso lo conocía.

Agité la cabeza y me volví a la realidad. Estaba en el trabajo y necesitaba volver a pensar antes de dirigirme a la oficina del Sr.Malfoy.

Saqué una sonrisa y caminé hacia la puerta, cerré como de costumbre.

Llamé antes de darme la oportunidad de pensar demasiado y escuché la confirmación antes de abrir la puerta. Entré despacio, el Sr.Malfoy sentado en su escritorio, con el cuello profundo en papeleo.

—Buenos días, señor Malfoy,—Chirjeé feliz. Tal vez mi actitud le contagiaría y no estaría tan gruñón hoy.

Hablé demasiado pronto.

—Un café,—se aclaró la garganta y cambió de posición, moviendo su silla hacia el escritorio para que su estómago presionara contra el vidrio.

—Por supuesto,—sonreí.—¿Desde la cocina del personal o la cafetería al otro lado de la calle? Yo estaré feliz de hacerlo. Hoy me siento un poco demasiado enérgico,—me reí, poniendo mi mano en la parte posterior de una de las sillas de cuero negro que se sentaba delante de su escritorio.

—Mierda,—murmuró antes de limpiarse la garganta una vez más y ajustar su asiento de nuevo. Me fruncié las cejas, ¿por qué se movía tanto y se veía tan... tan enrojecido?

—Sr.Malfoy, ¿está usted...?

—El café,—soltó, comenzando a garabatear tonterías en papel.—El café y t-tómate tu t-tiempo...—me dio una sonrisa de labios cortos antes de darme la vuelta y me fui.

¿Acaba de tartamudear?

No había conocido al Sr.Malfoy tanto tiempo, pero nunca había tartamudeado cuando habló. Cada palabra que dijo sonaba cuidadosamente y se pronunciaba elegantemente, no era él quien tropezaba con su discurso o no tenía palabras.

Extraño.

Me encogí de hombros y agarré mi bolso de mi escritorio, arrojándolo sobre mis hombros antes de dirigirme hacia el ascensor de nuevo.

[...]

—Muchas gracias. Disfruta de tu día,—Sonreí, deslizando el café del mostrador y saliendo de la pequeña tienda. Salí a la calle y esperé a un lado de la carretera, dejando que los coches se detuvieran antes de cruzar y regresar al edificio.

Habían pasado casi 20 minutos desde que salí a tomar su café, tomándome mi tiempo como me había indicado. Destellé mi placa de trabajo y pasé por Héctor, a través de las ajetreadas multitudes de personas y en el ascensor.

Fue rápido y tranquilo antes de llegar a mi piso y dejar que las puertas se abrieran para poder salir.

Sonreí mientras veía a Vivian ahora también en su escritorio, escribiendo en su computadora.

Caminé y puse el café del Sr.Malfoy en mi escritorio, encogiéndose de hombros de mi bolsa cerca de mis pies antes de dirigirme hacia el escritorio de Vivian.