twenty five

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CAPÍTULO VEINTICINCO
••• teddy bear

—¿Y vas a Hogwarts?—Sonreí mientras Everleigh y yo nos sentábamos en la cafetería, comiendo galletas y hablando de lo que podíamos, lo cual no era mucho teniendo en cuenta que solo tenía dos años.

—¡Escuela!—Sonrió aplaudiendo, dejando caer su galleta en el proceso. Me reí y la detuve mientras iba a recogerlo.

—Te conseguiré otro,—dije y mira al tarro de galletas para coger otro.

Hasta que alguien entró en mi visión periférica, haciéndome congelar.

—¡Mami!—Everleigh gritó y saltó de su asiento. Saqué las manos del tarro de galletas y miré hacia arriba para ver a Pansy mirándome fijamente.

—Papá está en el pasillo,—le dijo Pansy a la niña pequeña. Everleigh asintió y la pasó corriendo fuera de la habitación.

—Hey,—sonreí y me paré de la mesa para caminar hacia el fregadero.

Me acerqué y me fui hacia la tetera,  para prepararme una taza de té. Podía sentir que Pansy seguía y observaba cada movimiento que hacía.

—Mira,—Pansy suspiró y se inspitó en el banco a mi lado,—Draco es un imbécil, tiene poco o ningún respeto por las mujeres, tiene problemas de ira y a veces dice y hace mierda estúpida.

—¿Por qué...?

—Pero él tiene un buen corazón,—interrumpió. —No tuvo una gran infancia y ha pasado por una mierda seria, todos lo hemos hecho y ha hecho todo el número,—explicó Pansy: —No estoy diciendo que esto excusa lo que te hizo, todo lo que estoy diciendo es escucharlo. Deja que se disculpe porque puedo decirte ahora mismo, nunca se va a perdonar a sí mismo a menos que tú lo hagas.

—Pensé que realmente le gustaba,—dije en voz baja, tratando de retener las lágrimas que sentía que se gestaban.

—Lo hace,—Pansy sonrió y se agarró a mi mano que estaba sentada descansada en el banco —Como dije, tu afecto lo asustó e hizo algo estúpido. No te estaría diciendo esto a menos que significara algo, así que escúchalo.

Suspiré profundamente y pensé un segundo.

La infancia de Draco no podía compensar lo que me había hecho, pero al mismo tiempo, podía tener mucho que ver con lo que me había hecho.

No lo conocía, no conocía su vida y Pansy tenía razón, lo menos que podía hacer era escucharlo.

—Bien,—asintió con una pequeña sonrisa.—Lo haré, lo escucharé y dejaré que se disculpe.

Pansy sonrió y me envolvió en un abrazo,—Prometo que es el maldito oso de peluche más grande que jamás conocerás, no importa lo duro que actúe ese idiota.

Me reí en respuesta y ella se alejó.

—Ahora, me muero de hambre y tengo una reunión en una hora,—dijo mientras miraba hacia abajo a su reloj.—¿Por qué cada vez que vengo a verlo, termino siendo su maldita consejera?,—murmuró.—De todos modos, fue un placer conocerte, Honey y espero que nos volvamos a ver en el futuro.

—Lo mismo para ti, Pansy,—dije mientras me daba una última sonrisa y se fue. Una vez que estuvo fuera de la vista, dejé que mi cuerpo se relajara y la ansiedad entrara en acción.

¿Qué pasa si Draco no se arrepiente mucho? ¿Estoy cometiendo un error al dejar que se disculpe? ¿Y si me vuelve a hacer daño? Mental y físicamente no puedo volver a hacerlo.

HONEY | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora