Cielo sin estrellas || Rafe Cameron

47

-¿nos vamos? -preguntó Rafe a lo lejos-

Empezaba a anochecer y nosotros seguíamos en la playa.

-¿podemos ver el anochecer aquí? -hice un puchero falso- ¿por favor?

-Liv, tenemos planes -puso una cara de disgusto-

Bueno.. eso es cierto, Rafe quería pasar mi cumpleaños en el hotel, bebiendo champaña y viendo Grey's Anatomy, tal como el año pasado, y antepasado, y anterior al antepasado, excepto que esta vez habían muchas diferencias al resto de los años.

-podemos romper la tradición, vamos Cameron -sonreí intentando parecer tierna-

-bien -suspiró- pero en cuanto marquen las doce nos iremos.

-si, si, como sea.

Y así fue.. miramos el mar horas y horas, viendo cómo el reflejo de la luna se posaba en este.

-quedan treinta segundos para las doce -murmuró Rafe en mi oído-

Me atrajo a su pecho y me abrazo por los hombros para luego sostenerme e intentar sentarme para que pudiera ponerme su camisa larga.

-no quiero ponérmela -bufe- no tengo frío.

- yo creo que hace frío y.. no me gustaría que me contagies tus mocos -bromeó y me puso la blusa-

Pase una mano por la manga, luego la otra, y finalmente Rafe me abrocho botón por botón.
No pude evitar observar su rostro, parecía tallado por los mismos dioses, es tan.. perfecto, es mi definición de perfecto.

Aun que yo no sea la suya.

-feliz cumpleaños, nena -murmuró abrochando el último botón de la camisa- te amo.

Dijo eso y me miró fijamente esperando respuesta, mientras que yo intentaba procesar.

Me ama... ¡me ama!.. oh, cielos, ÉL ME AMA.

Si, eso dijo, estúpida.

-gracias -murmuré para luego besarlo- yo también te amo.

Creo que hasta el momento, este ha sido el único "te amo" significativo, al menos para mi.

-¿lo haces? -preguntó-

-si.. ¿por que no lo haría? -alzó los hombros y se levantó- ¿qué haces?

-ya nos vamos, ¿no? -dijo ofreciéndome su mano para levantarme pero yo lo boté a la arena para luego recostarme en su pecho- Hey, tenemos que irnos, se hace..

-cállate de una vez, por favor -lo bese y me subí a horcajadas de él-

-Olivia..

-no me hables con voz de mamá -murmuré juntando nuestras frentes-

-bien.. pero -lo interrumpí-

-sin peros -acaricie su mejilla mientras él miraba mis labios- ahora si, ¿vamos?

-claro -dijo para luego levantarme-

Enrede mis piernas en su cintura y el puso sus manos en la mía para comenzar a caminar.

-¿no estás incomodo? -pregunté después de unos minutos en silencio-

-no, ¿por qué debería estarlo? -preguntó-

-porque tensaste la espalda -suspiré- y ahora acabas de intentar relajarla, pero no funciona.

Es verdad. Tenía la espalda muy tensa, él lo estaba pero no sé porque.