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—Jimin, comamos lo que preparaste ayer— propuso yoongi a sus espaldas mientras sacaba lo que el había guardado recientemente.

— No yoongi, seguramente sabe pésima, estuvo aquí toda la noche sin  refrigeración.

— No es cierto, se ve increíblemente bien, deja lo pongo en el horno. — Jimin asintió y dio un largo suspiro.

— yoongi, me iré a bañar . — aviso sin ánimos quitandose  el delantal y yendo a la habitación.

— ¡Tomate tu tiempo! — grito yoongi desde la cocina. Jimin rodo los ojos, no le agradaba mucho que yoongi actuará como si nada hubiera pasado, pero no quería pelear, así que lo dejó así.

Tras una larga,  caliente, y relajante ducha, se puso  ropa holgada  para después  ir a la cocina, donde yoongi se encontraba usando su teléfono, sentado en la mesa.

El mayor se percató de que es menor de acercaba y soltó el teléfono.

— Acabo de servir la comida, porfavor sientate. — Jimin asintió serio y se sentó en su lugar habitual, que era la cabecera de la mesa, yoongi iba a su lado izquierdo.

Comenzaron a comer , solo el ruido de los cubiertos chocar contra los platos era lo que se oía, el silencio era algo incómodo pero igual ninguno de los dos intentó  romperlo.

Cuando terminaron de alimentarse yoongi levanto la mesa, el Rubio intento ayudar pero este se negó. Al parecer quería remediar todo lo que hizo, siendo servicial, pero Jimin no lo iba a perdonar tan rápido.

Jimin bajo su mirada, arrugó el seño al ver una hermosa pulsera puesta en su muñeca, nunca había visto algo tan hermoso,  era plateada y tenía una pequeña mariposa brillante.

—Es tu regalo de cumpleaños— Jimin de sobresalto al escuchar la grave voz del pelinegro a sus espaldas

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—Es tu regalo de cumpleaños— Jimin de sobresalto al escuchar la grave voz del pelinegro a sus espaldas.

— dijiste que te habías olvidado— le dio una mirada, yoongi no supo porque, pero le pareció lo más hermoso del mundo.

El pelinegro se sentó a su lado, y arrastro la silla de Jimin hacia el,  tanto que las rodillas de Jimin, casi chocan con su silla, el pelinegro tomó las piernas del menor y las colocó sobre sus muslos dejándolas en su regazo. Jimin colocó sus manos en el pecho de Yoongi manteniendo algo de distancia.

— Jimin, te prometo que dejaré de beber, voy a rehabilitarme por ti, todo cambiará, voy a ser el hombre que te mereces— abrazo al menor muy fuerte. Jimin salió del pequeño trance en el que se encontraba y con sus pequeños brazos temblorosos lo abrazo despacio.

— eso espero Yoongi.

Y de verdad esperaba que así sea, porque, a pesar de todo lo que yoongi le hacia, el lo amaba con todo su corazón.











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Me encanta lastimarte •|YOONMIN|• PausedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora