La informatica no es lo mío y los tacones tampoco

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— Saori-chan, te llama el Hokage.
— Si, Sayaka-san, me distraje, voy.

Sasuke golpeó la puerta de la oficina del Hokage suavemente. Anunció quién era y entró. En otra oportunidad, habría dicho "Soy yo,  Idiota"  o "¿estás ahi, Usuratonkachi?" Y habría entrado. Bueno, eso si no había gente, si la había, habría golpeado fuerte y habría esperado el grito indignado de Naruto desde adentro.

— Adelante, Saori-san. — sonrió el Hokage.

Sasuke cerró la puerta.

— ¿Y cómo fue tu primer día de trabajo, Teme?

Sasuke miró la hora. ¿Había terminado su jornada laboral? El día había pasado volando.
— Bien. La señora Sayaka y las otras chicas son muy acogedoras y agradables.
— Me alegro — sonrió nuevamente — toma, aquí tienes la llave de un departamento que conseguí para tí. Es pequeño, pero está cerca de la torre. La dirección está en el llavero. Vas a encontrar ropa y comida.
— Naruto...
— No podía prestarte mi viejo apartamento, levantariamos sospechas, así que le pedí a Shikamaru que me pasara uno de los que se prepararon para la cumbre.
— Gracias.
— ¿Konohamaru no te ha rondado más?
— No, Naruto. No debiste ser tan duro con él.
— Creeme que Saori-san no es la primera chica a la que molesta, Sasuke.
— Comprendo.
— ¿Por qué estás tan cortante hoy, Teme? — Naruto lo miró con curiosidad.
— Se supone que debo tratarte con respeto.
— Tú mismo dijiste que me ibas a tratar igual que siempre si estábamos solos.
— Debo acostumbrarme a ser más cortés contigo, Hokage-sama.

Naruto hizo un gesto de frustración.
— Bueno, no esperes lo mismo de mi, Teme idiota — dijo Naruto y le sacó la lengua.

Sasuke sonrió, quizas era eso, el idiota podía ser él mismo cuando lo iba a visitar. Perdía toda la formalidad de ser "el Hokage" junto a su amigo Uchiha.

— Me tengo que ir, ¿necesitas algo más?
— No, hoy me quedaré acá — dijo Naruto — ¿sabes si Hinata trajo ropa o algo así?
— Por lo que sé, no.
— Comprendo... ¿Quieres que tomemos algo más tarde?
— Tenemos que lidiar con nuestro alcoholismo, ¿recuerdas? — sonrió Sasuke, bueno, Saori — además tengo mucho que estudiar de lo que me explicó hoy Sayaka-san. Si no se nada de lo que me pregunta, me delataré y se dará cuenta que no se nada de Excel y esas cosas raras de las que me habla.

Naruto rió fuerte. Sasuke era la persona más lejana a la tecnología que conocía y debía volverse un experto para aparentar ser su asistente.
— Te insistí tanto en que aprendieras a usar un bendito computador.
— ¡Oh Naruto por Dios! Nunca imaginé que iba a tener que saber usar un computador tan bien. Para mí con poder redactar los informes me bastaba.
— Jajajaja, perdona — Naruto se había ganado una mirada de odio, que intimidaba tanto como en su versión masculina — en el departamento hay un computador. No es tan moderno pero te servirá.
— Gracias, nos vemos mañana, Hokage-sama — dijo Saori abriendo la puerta y haciendo una suave reverencia.
— Nos vemos mañana, Saori-chan.

Naruto sonrió nuevamente. Tener a Sasuke junto a él en la oficina lo ponía muy feliz, más si era en una situación así, donde podía burlarse de él. Aunque más allá de lo mucho que deseaba reírse de su paliducho amigo, el sentir el suave chakra que emitía Sasuke al estar transformado y que solo él podría sentir, lo calmaba de sobremanera.

Hoy iba a tener una larga noche de revisión de documentos.

Sasuke entró al departamento y vio que era pequeño, pero no necesitaba nada más.

Se quitó los zapatos de tacón que lo habían torturado todo el día. "Como mierda las chicas usan esto todo el día. Y pelean en ellos... yo no podría..." pensó.

La AsistenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora