22. - Así que yo te gusto.

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Gustar? Yo? A él? No.

Mierda.

¿Cómo podía él decir eso tan libremente?

Me detuve un rato, asimilando sus palabras.

-¿de qué hablas? Y-yo no te gusto. ¡A ti te gusta sumin! A ti no te gusta estas cosas, no te importan. Tu lo dijiste-impliqué retrocediendo, negando porque era absurdo.

Minho se opuso con gesto indignado.

-Sumin no me gusta más.

-debes estar confundido, hyung. Lo de bang chan de seguro te debe haber afectado.

Por fuera solo podía demostrar pánico, lo sabia. Pero por dentro todo se sentía diferente. Era como si esa sensación satisfactoria a la que le tenía pavor me estuviera consumiendo una vez más.

-puede ser, también lo he pensado. Aún así, preferiria que me gustes a que no lo hagas.

De pronto mi espalda chocó contra la pared. Minho me tenía atrapado.

-No, no te gusto... - desvíe mi mirada hacia el suelo, indispuesto a aceptarlo.

-Si no me gustas... Entonces por qué me muero por besarte justo ahora.

La punta de su nariz rozando mi mejilla, su aliento chocando contra el mío, sus manos presionando fuerte por sobre mi hombros.

No podía soportar más esto.

Lentamente mis labios buscaron los suyos, capturandolos en un tímido beso, rogando por ser recibidos. Dirigí mis manos a su cintura, presionando tan fuerte para evitar colapsar debido a la ola de sensaciones que mi cuerpo experimentaba por segunda vez en el día. Minho introdujo su lengua, jugando con la mía dentro de mí boca, con sus manos acariciando mi cuello y subiendo a mis mejillas.

Besaba bien, besaba muy bien.

Yo había sucumbido por completo en algún punto, que tan solo era capaz de percibir el sonido de nuestro labios mezclándose al silencio de la habitacion.

-Han-ah... me gustas-decia mientras no dejaba de atormentarme con sus besos-no se... -un beso-que pasa...-y otro-... conmigo.

-Yo - beso-... tampoco sé, hyung.

No podíamos parar. Era un mundo totalmente nuevo para nosotros.

Jamás me hubiese imaginado que besar a mi hyung se sentiría así de bien.

La cosa de repente empezó a salirse de control, sin saber de qué otra manera expresar tantas emociones juntas, avanzamos de un lugar a otro sin dejar de besarnos. Nuestros pasos terminaron dirigiendonos hacia el sillón, donde cai de espaldas con minho acomodandose encima, empezando a rozarse en contra mio.

Reaccioné.

-Espera...hyung...-insistí recuperando el aire, aun cautivado por el acto.

-tu voz grave es linda-menciono procediendo a continuar con el beso.

-no, no- Lo detuve-. Mi mamá, llegará en cualquier momento. Si nos encuentra vamos a estar en problemas.

-creo que lo entenderá-de nuevo aprovecho en continuar.

-no, hay que parar.

-Entonces, vamos a tu cuarto.

Vaya, y eso que creía que el pervertido era yo.

-no, no creo...

-por favor.

-Bueno.

Es que había dicho por favor.

¿Amor u odio? esa es la cuestión.《Minsung》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora