09

944 88 163
                                    

Nervioso, me llevé la guitarra sintiéndome hiper ansioso, con una vocecita interna diciéndome que no hiciera el ridículo, y otra diciéndome que debía arriesgarme para triunfar. Tragué saliva y sacudí mi cabeza, jalando suavemente mis cabellos y cerrando los ojos con fuerza. Demonios, realmente no sabía cómo actuar. Tenía miles de emociones encontradas.

Le sonreí a mi mejor amigo en cuanto lo vi subir al autobús, alzando mi mano en su dirección para llamar su atención. Él me sonrió de regreso y aceleró el paso para sentarse a mi lado, luciendo bastante contento, por lo que no dudé en alzar las cejas de manera sugerente. Quería todos los detalles.

—Ya, deja de mirarme así. —me dio un suave empujón, más su sonrisa no se borró.— Ayer besé a Astrid.

—¡Eres un campeón! —exclamé, moviendo su brazo.

—Luego me dio una bofetada. —relató.— Me dijo que salía con Klaus.

—Ah, es Voormann. No tienes futuro amigo. —alzó los hombros, y rió.

—Después me dijo que le gustaba mucho, y me pidió disculpas por la bofetada. Saldremos hoy después de la escuela. Creo que si tengo futuro. —le sonreí.

—Terminé la canción —dije, y continué hablando de inmediato.— y antes de que digas algo o pongas una cara, quiero que la escuches.

—Bueno, cántala entonces. Pero dime que no es tan tonta como la canción de la carretera, por favor. —bromeó.

—¡Claro que no!

Tragué saliva, carraspeando suavemente a continuación para aclarar mi voz. Comencé a cantar suavemente la primera parte de mi canción, tocando con mis dedos una guitarra invisible porque no sacaría la mía de su bolso en el autobús. Cerré los ojos para sentirme más confiado e intentar eliminar el ligero temblor de mi voz. Ahora iba en serio, no era un canción tonta como la que había escrito hace un tiempo. Me había dedicado a expresar mis sentimientos, decir lo que tenía que decir a través de la música. Estaba siendo sincero.

Abrí los ojos suavemente a penas terminé, observando con una ceja alzada a mi mejor amigo que sonreía con suavidad. Tal vez había salido mucho mejor de lo que esperaba.

—No importa cual haya sido tu inspiración para esta canción, pero fue grandiosa. —sonreí.— Serás grande John. ¿Puedo ser parte de tu banda cuando seas famoso?

Reí con cierta pizca de timidez, cubriendo mi rostro por unos segundos mientras le daba una afirmativa. Definitivamente había salido bien.

Llegamos en pocos minutos a la escuela, caminando directamente a nuestro salón, donde ya varios de nuestros compañeros estaban en todas partes charlando en grupos. Nosotros nos fuimos a nuestro lugar como acostumbrábamos, siendo la mesa el lugar de destino de los sueños de mi mejor amigo, y uno de mis cuadernos esperaba por mis burdos bocetos sobre los maestros; dibujos feos que hacía a propósito sobre ellos y la gente que no me agradaba. Sólo dibujaba a Paul bonito.

Con una sonrisita en el rostro, apoyé mi rostro en mis palmas, reposando mis codos sobre la mesa, esperando por la llegada del amor de mi vida ya que el timbre había resonado por todo el edificio. Estaba listo, me sentía preparado para tocar la canción en frente suyo, me sentía completamente dispuesto a arrojar todas las cartas sobre la mesa y arriesgarme a lo que fuera. Le declararía mi amor de manera indirecta.

—¡Buen día muchachos! —su agradable voz se escuchó en toda la sala, y la clase coreó el mismo saludo de regreso.

Esperé paciente a que tomara asiento en su lugar y acomodara sus cosas, para atreverme a tomar mi guitarra y levantarme de mi sitio, tragando saliva nervioso. Caminé hasta su puesto con un poco de vergüenza, viéndolo alzar la vista en mi dirección, para darme una de sus hermosas sonrisas, y apoyar su mejilla después sobre su puño, esperando a lo que yo iba a decirle. Carraspeé con suavidad, y mordí mi lengua durante unos segundos para evitar demostrar lo nervioso que estaba.

practice teacher ; mclennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora