Dos días después.
Mi madre y Mati me encontraron en la habitación, ensangrentada y muerta. Ella gritaba de rabia sin poder hacer nada al respecto y mi hermano lloraba desconsoladamente.
Le deje la carta sobre la mesa envuelta de ceniza y de sangre de mis manos antes de morir pero no se dieron cuenta de ello, solo miraban el cadáver y muy de cerca dolorosos los ojos de dicha vez que me dejaron sola en casa.
Mi madre me cogía de la mano, aún sabiendo que no volvería y mientras tanto... Mati bajó corriendo para llamar a la policía debido a que no podían coger mi cadáver hasta que un juez lo diga por mucho que creyeran que había sido un suicidio.
La policía llegó súper rápido, ellos seguían llorando sin consuelo y la carta seguía puesta justo al lado del cigarro apagado, cenizas entre ellas y una foto mía y de Enid, en el lado izquierdo se encontraba el teléfono móvil, parecía que tenía una llamada perdida o algo pero ellos no se fijaron en eso.
Muy rápido, entraron en casa, y tuvieron que sacar de allí a mi madre y mi hermano.
Mientras dos policías le acompañaban a fuera de la casa, los demás recopilaban pruebas y huellas antes de que viniera el juez para levantar mi cadáver.
Y ahí fue cuando ellos se dieron cuenta de que sobre el escritorio había una carta escrita por mí y la recopilaron también.
Uno de ellos metió la carta en una bolsa de plástico y antes de llevársela se la dieron a mi madre para que la leyeran.
Mi madre temblaba, estaba hundida y mi hermano la intentaba aliviar pero él seguía llorando y procuraba no hacerlo para consolar a su madre.
Los vecinos se asomaban a la calle y muchos de ellos estaban presentes, justo al lado de Mati y mi madre, por todo el resoplido de policías que había en mi casa ese día.
Llegó el juez y levantaron el cadáver, pero dijo que le tenían que hacer la autopsia al cadáver.
¿Por qué? Si era un suicidio, ¿había algo que nos ocultaba la policía? Decía mi hermano.
Más tarde de eso, precintaron la casa.
—Todo era muy raro pero tenemos que dejar que la policía hiciera su trabajo.
—Decía Mati a mi madre.
Mati
No podíamos vivir ahí por ahora, están todo precintado y por orden policial nos recomendaron irnos a casa de un amigo o de un familiar.
Todavía seguía en shock, mi hermana había muerto y no sabemos porqué pero me cuesta creer que haya muerto por su propia voluntad.
En la carta se despedía de todos, pero aún así yo no consigo creerme nada.
Aunque fuera un cani asqueroso como me llamaba mi hermana, yo también tenía sentimientos.
Seguía lastimado y me había quedado solo entre cuatro paredes blancas sin ella, sin la persona más importante e imprescindible de mi vida.
Y al pensar mucho en ello sabia que iba a encontrar a quien hubiera hecho esto o aprobar que la carta de mi hermana era real y que se había suicidado como ella contaba.
Pero, ¿acabaría esta historia aquí?
¿Qué pensáis?...
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Corazón De Ceniza
Teen FictionUna historia de amor, amigos adolescentes y muchos dramas... Lay cada vez más cerca de la muerte y rota por ese sentimiento destruido. Enid dolida pero jugando con sus sentimientos. ¿Que será de ella? ¿Que pasará con Enid? Puede que todo acabe bi...