Capitulo 1

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Barcos desembarcando, caballos relinchando y gritos de la gente del pueblo

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Barcos desembarcando, caballos relinchando y gritos de la gente del pueblo. Todo en menos de un día.

El reino del Este jeolla, era una costa prospera, de grandes cultivos y ganado, con muchas riquezas que era considerado uno de los reinos más fuertes del país. Aliado de reinos cercanos y fraterno con su contraparte, el reino del Oeste. Un lugar calmado, sin demasiado bullicio, poca delincuencia y de gente muy amable

Donghae se sentía agradecido con sus antepasados por el buen trabajo que hicieron durante su mandato.

Siendo el próximo en la línea real, existían muchas expectativas y apoyo al joven hombre. Cómo era obvio, se encontraba en búsqueda de desposar una doncella de buen apellido y riqueza admirable. Después de mucha búsqueda de parte de la mesa consejal, se firmó un matrimonio entre la Princesa Kim de la costa Oeste y el Príncipe Lee del Este.

Ambos reinos se encontraban satisfechos con la futura union. Siendo apoyada por todos los reinos.

La fecha acordada de la boda había llegado y con ello, la llegada del reino del Oeste al suyo. Todos felices hasta la médula de la gran alianza y fortaleza que significaba ese matrimonio, sin embargo una traición sucedió. El reino del Oeste llego con 100 mil soldados, y arqueros del sur.

Una enorme traición cometida.

El caos empezó, soldados entrando a hogares de la gente del pueblo, quemando casas y robando sus riquezas. Gente corriendo pavorida en todas direcciones, soldados de su reino siendo masacrados, hombres intentando entrar a su palacio y sus padres guiándolo a las mazmorras donde existía un pasaje a la salida del pueblo.

—Padre, madre. ¿Que pasará con ustedes?.

—Nosotros somos los reyes de Jeolla, nuestro deber es caer con el palacio. No nos moveremos de aquí, sin importar que pase.

—Entonces yo también me quedaré aquí.

Su madre acarició su cabeza con cariño.

—No cariño, tu debes irte. Si tú mueras no existirá heredero de la línea directa que pueda reclamar el trono en el futuro. Contigo, a un existe posibilidad de salvar el reino.

—Pero, madre...

Soldados acercándose a ellos, cortando el aire con sus afiladas espadas.

—¡No, debemos huir todos juntos!.

—Vete ya donghae.

Su padre es cuidadoso al empujarlo al bosque detrás del castillo. Ambos sonríen nostálgicos antes de cerrar el pasadizo con ellos dos dentro.

Su madre susurra un doloroso: Te amo.

Intenta abrir el pasadizo nuevamente, golpeando y empujando de la puerta de concreto, más nada funciona. Oye los gritos de sus madres y súplicas por retirarse de su reino, y los intentos de razonar con el rey del Oeste de su padre, pero nada funciona.

Doncella Lee | EUNHAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora