Después de que el Reino de Jeolla es traicionado por el reino aliado del oeste, Lee donghae se ve obligado a esconderse entre las fronteras del bosque. Pero, que pasaría sin por azares del destino se cruzan en su camino cinco guerreros fuertes y val...
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La triste despedida llega. Es hora de continuar con su viaje hasta el reino de los Shin, están a pocas horas de llegar, era un alivio.
Se sentía aliviado y nervioso, no sabía que pasaría después de llegar al lugar, ¿Se iría sin avisar, les revelaría su identidad o simplemente fingiría ir a su hogar?.
Estaba seguro que las despedidas serían tristes y difíciles. No conocía a estos chicos por más de un mes o menos, y sin embargo sentía un gran dolor en el corazón al imaginar las despedidas venideras. Debía hacerlo tarde o temprano, pero ahora que estaban próximos a llegar, la realidad lo golpeó sin avisar y ahora se encontraba lamentando por lo inevitable.
—Haneul...
—¿Uh?.
Leeteuk le sonríe comprensivo al notarlo perdido en sí, seguro piensa que está feliz por qué por fin podrá reunirse con sus padres nuevamente. Eso solo era otra mentira más de su parte.
—Es hora de irnos, parecías muy perdida en ti. ¿Te sucede algo?.
—No es nada, solo... solo estoy nerviosa por llegar al reino Shin.
—Ya veo, los nervios te traicionan.
—Asi es.
Sus amigos llegan con sus corceles, todos listos para emprender el viaje. La señora de la casa los ha dotado con muchas provisiones para su llegada, fue amable con ellos.
—Date prisa Lee, o te dejaré en este lugar—amenaza hyukjae con su mano extendida.
Sigue molestó con él, lo ignoró todo el tiempo que estuvieron en este lugar.
—Iré con Leeteuk, le agradezco su amabilidad señor hyukjae.
Hyukjae se muestra sorprendido, alzando una ceja. Forma un puño y sonríe burlón.
—Ten buen viaje, Ha-ne-ul.
—Lo tendré.
Leeteuk se acerca hasta él con su caballo, también se muestra sorprendido por su repentina decisión más no le refuta nada y lo ayuda a subir.
El resto del camino es rodeado por las juguetonas bromas de kyuhyun y kibum, y los constantes coqueteos de siwon a su persona. Estaba pensando seriamente en ponerle una orden de restricción al chico barbudo, de verdad que era insistente, caballeroso pero insistente.
—¿Hay alguna cosa que quieras decirme antes de llegar al reino de los Shin, Haneul?—leeteuk disminuye el paso de su corcel hasta estar lo suficientemente alejados de los demás.
—¿Alguna cosa?—le asusta el hecho de que Leeteuk pueda saber quién es en verdad—Yo... Uh... No sé que podría ser.
—Sabes, conocí a los Reyes de Jeolla durante una expedición. Los chicos y yo nos perdimos por el extenso bosque que rodea al reino, sino hubiera sido por qué su majestad envío una tropa para auxiliarnos, no se que habría sucedido.—palmea su cabeza—Desde entonces he estado esperando una oportunidad para poder pagar su amabilidad. La oportunidad perfecta fue cuando vi a un bizarro chico corriendo por el bosque con vestido, siendo perseguido por los soldados enemigos. Así que su majestad, ¿Cuando pensaba decírnoslo?.
