-¿Qué tal esto?
En un instante, Xenovia había terminado con mis palabras, lo que sacó de la mochila me dejó con dudas, ansiedad, y mucha ira.
-¿Cómo tienes eso?
-Mejor, ve orando para que dios perdone tus pecados.
-Ja... jaja... jajaja ¿Realmente crees que puedes vencerme escarbando en mi pasado?
Lo que Xenovia estaba intentando al presionar su espada en contra del dakimakura de Karyl es... demasiado ingenuo.
¿No sabe que puedo detenerla en cualquier momento?
¿Ella acaso intenta hacer que me rinda?
-No puedo decir "al menos lo intentaste", Xenovia. Ni siquiera estas cerca de tocarme, y tocar mi estabilidad emocional.
De un segundo para el otro, el dakimakura de Karyl ahora estaba entre mis manos, tan suave, esponjosa, y preciosa como siempre.
-Papá te ha olvidado, Karyl ¿Podrías perdonar a este idiota?
La almohada asintió. No, me refiero a que sentí que asentía, no a que asintió literalmente, es una forma de comunicación que solo ella y yo conocemos.
-¿Qué... eres?
Xenovia reacciona por fina, ella parece tantear el lugar donde antes estaba la almohada de Karyl, pero, ahora la veía entre mis brazos. Además, ella parece confundida sobre como hablo con Karyl, lo que, no me importa mucho.
-Soy un Youkai que vino para traer destrucción.
Aparecí delante de Xenovia.
-Al menos te hare un favor, ya que, trajiste a mi preciosa Karyl de nuevo conmigo.
No mentía, realmente estaba agradecido con Xenovia. Aunque no sé cómo la consiguió, tal vez ella también se unió al jardín de las sombras, y este es el plan de Arce o Hanekawa.
No, eso no tendría sentido, ya que, si fuera así, el jardín de las sombras intentaría cambiar información sobre mi paradero por amistad, conozco a las gatas, acá hay algo más.
-¿Por qué no te mueves?
Eh estado un tiempo presionando una de mis garras que salió como una espada desenvainada contra el cuello de Xenovia, sin embargo, ella simplemente quedo petrificada. Tal vez estupefacta por mi forma de hacer las cosas, o, demasiado ensimismada en mi poder.
-Realmente has demostrado valía al venir aquí, al menos por eso, serás mi mascota.
Susurre al oído de Xenovia, al mismo tiempo que esto pasaba, mi mano entró en su caja torácica, cambiando su anatomía y poniéndole la misma maldición que a las demás chicas.
Volví a la sala donde estaban todos, unos minutos más tarde.
-Me tienen de nuevo aquí, y, sin embargo ¿Por qué mi pequeña Kunou no salta de alegría por mi llegada?
Miré hacia Yasaka y Kunou que solo apartaron la mirada, bueno, es cuestión de tiempo para que entiendan su posición de ahora en adelante, y de que la maldición mejore su efecto.
-Bueno ¿Querían una linda mascota?
Detrás de mí, caminando en cuatro patas, y con un collar de perro atado a su cuello esta Xenovia.
Ella viste un disfraz de un perro hogareño mientras ladra con vergüenza.
-Vamos, pequeña Xenovia, ve hasta donde están tus tías y dales un abrazo.